Skip to main content

Frases de Jean-Jacques Rousseau

Frases de Jean-Jacques Rousseau

Fue un polímata suizo francófono. Fue un escritor, pedagogo, filósofo.

0


  • No es natural que una mayoría gobierne, una mayoría rara vez puede organizarse y unirse para una acción específica, en cambio, una minoría sí puede.



  • Los ingleses se creen libres. Ellos son libres sólo durante la elección de los miembros del parlamento.



  • La mayoría de las naciones, así como las personas son posibles sólo en su juventud; se convierten incorregibles a medida que crecen.



  • ¿Qué sabiduría más grande se puede encontrar que la bondad?



  • Ningún hombre tiene autoridad natural sobre sus semejantes.



  • La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a costumbres.



  • Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre.



  • Los grandes hombres nunca hacen mal uso de su superioridad. Lo ven y lo sienten y no son menos modestos. Cuanto más tienen, más conocen sus propias deficiencias.



  • El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada.



  • La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse.



  • La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.



  • Pueblos libres, recordad esta máxima: Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde.



  • Es verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y que hace lo que le agrada.



  • El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas.



  • La libertad es la obediencia a la ley que uno mismo se ha trazado.



  • Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos los deberes de la humanidad.



  • La libertad no es fruto que crezca en todos los climas, y por ello no está al alcance de todos los pueblos.



  • La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir. Nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.



  • Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce.



  • Las injurias son las razones de los que tienen culpa.



  • La verdadera inocencia no se avergüenza de nada.



  • El honor de un hombre no está en mano de los demás; está en nosotros mismos y no en la opinión pública.



  • La fama es el aliento de la gente, y que a menudo malsana.



  • Las ciudades son el abismo de la especie humana.



  • Olvidas que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie.



  • El mundo de la realidad tiene sus límites; en el mundo de la imaginación no existen límites.



  • Uno le da un beso a su copa y el vino te devuelve una caricia.



  • Todo tipo de franqueza y honestidad son crímenes terribles a los ojos de la sociedad.



  • La lectura, la soledad, la ociosidad, la vida blanda y sedentaria, las relaciones con las mujeres y los jóvenes, son caminos peligrosos para el joven, y lo conducen constantemente al peligro.



  • La libertad es la obediencia a la ley que uno se ha impuesto.



  • El más fuerte nunca es lo suficientemente fuerte para ser siempre el amo, a menos que transforme la fuerza en derecho y la obediencia en deber.



  • Si quitáis de nuestro corazón el amor de lo bello, nos quitáis todo el encanto de vivir.



  • No debemos enseñar a los niños las ciencias; pero sí darles a degustar.



  • ¿Qué sabiduría puedes encontrar que sea mayor que la amabilidad?



  • ¡Desgraciado aquel que no sabe sacrificar un día de placer a los deberes de la humanidad! Las leyes son siempre útiles para las personas que tienen bienes, y dañinas para los desposeídos.



  • Abstenerse para gozar es el epicureísmo de la razón.



  • Lo malo no es el hombre, es la sociedad, pues está hecha para que el hombre caiga.



  • Puede que no sea mejor que otras personas, pero al menos soy diferente.



  • Tanto nuestros afectos como nuestros cuerpos están en perpetuo cambio.



  • Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.