Frases de Gabriel García Márquez - Era inevitable: el aroma de las almendra
Era inevitable: el aroma de las almendras amargas siempre le recordaba el destino del amor no correspondido.
Frases de Gabriel García Márquez
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Entonces lloré por él y por mí, y recé de todo corazón para no encontrarme con él nunca más en mis días.
Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa.