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Frases de Walter Riso

Frases de Walter Riso

Es Doctor en psicología, especialista en Terapia Cognitiva y Magister en Bioética.

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  • A esta hora en algún lugar del mundo hay alguien que estaría feliz de tenerte.



  • La infidelidad es la ruptura traicionera o engañosa de un pacto afectivo sexual preestablecido.



  • Si el amor me obstaculiza el desarrollo de mi libre personalidad, es preferible estar solo y libre.



  • El respeto por nosotros mismos y por nuestros valores debe anteponerse a cualquier temor o deseo de agradar.



  • Maldito rencor, pasé los mejores años de mi vida concentrado en el dolor del pasado, en lugar de centrarme en la dicha del presente...



  • Si no ardes por algo o alguien, si nada te sacude hasta el alma, si apenas te llega el entusiasmo; vas mal, algo te detiene. Vives a medias.



  • Deja que te duela, llora todo lo que puedas, pero no dejas que la tristeza se prolongue más de lo necesario.



  • El optimismo ilusorio puede ser tan nefasto como el pesimismo crónico.



  • Sabrás que te aman de verdad cuando puedas mostrarte como eres sin miedo a que te lastimen.



  • Si te equivocas creces, si no te equivocas te estancas.



  • Entregar el poder a alguien o a algo para que te domine y se apodere de tu mente es una forma sutil de suicidio psicológico.



  • Las palabras nunca siempre, todo o nada son peligrosas porque no te dejan opciones.



  • Escucha a las personas que piensan de forma distinta a ti.



  • La felicidad no llega a la puerta, hay que buscarla y pelear por ella.



  • El estereotipo social que muestra a la persona ética como un ser aburrido , aguafiestas o mojigato es absurdo y carece de todo fundamento.



  • Cuando el amor toque a la puerta, entrará como una tromba: no podrás dejar fuera lo malo y recibir solo lo bueno. Si piensas que amar es igual a felicidad, te equivocaste de camino.



  • La mente es un mono inquieto, saltando de rama en rama en busca de frutos por toda una selva interminable de sucesos condicionados.



  • La persona que amo es una parte importante de mi vida, pero no la única.



  • La falsa paradoja: idiota feliz o sabio infeliz queda resuelta. Hay una tercera opción mejor: sabio feliz, así sea redundante, porque no existe sabiduría sin alegría.



  • El amor tiene dos enemigos principales: la indiferencia que lo mata lentamente o la desilusión que elimina de una vez.



  • Sentarse a llorar ante el primer tropiezo y querer que la vida sea gratificante las veinticuatro horas es definitivamente infantil.



  • No me enloqueces, me apasionas. No te necesito, pero te elijo.



  • Quererse a uno mismo, despreciando o ignorando a los demás, es presunción y exclusión; querer a los demás, despreciándose uno mismo, es carencia de amor propio.



  • No idealices al ser amado; miralo como es, crudamente y sin anestesia.



  • Elogiamos más fácil los muebles y la ropa de alguien que su inteligencia o su bondad.



  • No debes cometer el mismo error dos veces. La segunda vez que lo haces ya no es tu error, es tu opción.



  • La evitación no es siempre cobardía, a veces es prudencia y otras veces inteligencia.



  • Ama cuando estés listo, no cuando estés solo.



  • Que hoy sea tu día. Secuéstralo para ti. Que cada cosa que hagas sea para sentirte bien: prohibido sufrir por estupideces.



  • Hay veces en que el temor te abre los ojos, pero casi siempre te los cierra.



  • Someterte al qué dirán es una forma de esclavitud socialmente aceptada.



  • La verdad no se proclama ni se decreta; más bien se descubre, se busca.



  • Opta siempre por la libertad de conciencia: piensa, siente y opina en lo que signifique algo para ti.



  • Amar no es perder la individualidad ni torcer la visión del mundo, es reafirmarse junto al otro, crecer de a dos, siendo distintos y únicos.



  • Las mejores cosas en la vida suelen ocurrir cuando no esperamos nada.



  • Ver el mundo en blanco y negro nos aleja de la moderación y de la paz interior porque la vida, por donde se mira, está compuesta de matices.



  • El valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que lo enfrenta dignamente, así le tiemblen las rodillas y el cerebro.



  • Quiero que me aceptes y no que me “apruebes”. Ámame sin exámenes de admisión: amar no es juzgar.



  • No puedes andar por la vida pidiendo permiso para vivir o sentir.



  • La mente de piedra no se permite dudar y aborrece la autocrítica. Sus fundamentos son inmodificables e indiscutibles.