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Frases de G. K. Chesterton

Frases de G. K. Chesterton

Fue un escritor y periodista británico de inicios del siglo XX.

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  • Son los indecisos, también llamados escépticos superiores, o los escépticos idealistas, quienes han permanecido bárbaros.



  • Uno puede entender el cosmos, pero nunca el ego; el yo está más distante que cualquier estrella.



  • El loco no es el hombre que ha perdido la razón. El loco es el hombre que ha perdido todo excepto su razón.



  • Los cuentos de hadas hacen que los ríos corran con vino solo para hacernos recordar, por un salvaje momento, que corren con agua.



  • La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.



  • Lo más increible de los milagros es que ocurren.



  • El divorcio es, en el mejor de los casos, un fracaso, y nos interesa mucho más buscar curar su causa que completar sus defectos.



  • Nunca pude admitir una utopía que no me deje la libertad que yo más estimo: la de obligarme.



  • La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.



  • No hay cosas sin interés, solo personas sin interés.



  • El mundo nunca morirá de hambre por falta de maravillas, sino por falta de asombro.



  • Si no logras desarrollar toda tu inteligencia, siempre te queda la opción de hacerte político.



  • Si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa.



  • Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.



  • Hasta donde hemos perdido la creencia, hemos perdido la razón. Ambos tienen la misma condición autoritaria y primaria. Ambas constituyen métodos de prueba que, a su vez, no admiten ser probados. Y en el acto de aniquilar la idea de la autoridad divina, damos al traste con aquella autoridad humana de que no podemos dispensarnos ni aún para decir que dos y dos son cuatro.



  • La fatalidad no pesa sobre el hombre cada vez que hace algo; pero pesa sobre él, a menos que haga algo.



  • En el asombro hay siempre un elemento positivo de plegaria.



  • Hay otro linaje de escépticos muchos más terribles, si cabe, que los que creen que todo es materia; todavía queda el caso de aquel escéptico para quien todo se reduce a su propio yo.



  • La cultura, como la ciencia, no es protección contra los demonios.