Skip to main content

Siempre hubo en mí, al menos, dos mujer

Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres una muj...

Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres una mujer desesperada y perpleja que siente que se está ahogando y otra que salta a la acción, como si fuera un escenario, disimulando sus verdaderas emociones porque ellas son la debilidad, la impotencia, la desesperación y presenta al mundo sólo una sonrisa, ímpetu, curiosidad, entusiasmo, interés.


Te pueden interesar también



  • El miedo es el mayor causante de la rabia y la impotencia.



  • La fuerza de voluntad y un sueño son los verdaderos vencedores de la impotencia.



  • No te sientes impotente cuando te das cuenta de que esa derrota se acerca más a la victoria.



  • No permitas que la impotencia conviva contigo; conviértete en su verdugo.



  • Piensa en lo complicado que es cambiar tu personalidad para entender lo complicado que es cambiar la de otra persona.