Frases de Sufrimiento

Cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto el que lo siente.

El sufrimiento es un regalo. En él se oculta la piedad.

Sin nuestro sufrimiento, nuestra tarea no diferiría de la asistencia social.

Pero la grande, la tremenda verdad es ésta: sufrir no sirve de nada.

Sufrir sin quejarse es la única lección que debemos aprender en esta vida.

Sabed sufrir: sabiendo sufrir, se sufre menos.

El mundo está lleno de sufrimiento pero también de superación del mismo.

El sufrimiento humano ha alcanzado su culmen en la pasión de Cristo.

El sufrimiento más intolerable es el que produce la prolongación del placer más intenso.

El hombre sano no tortura a otros, por lo general es el torturado el que se convierte en torturador.

Somos sanados del sufrimiento solamente cuando lo experimentamos a fondo.

No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.

El que no ha sufrido no sabe nada; no conoce ni el bien ni el mal; ni conoce a los hombres ni se conoce a sí mismo.

Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.

Dios, que muestras nuestras lágrimas a nuestro conocimiento, y que, en su inmutable serenidad, nos parece que no nos tiene en cuenta, ha puesto él mismo en nosotros esta facultad de sufrir para enseñarnos a no querer hacer sufrir a otros.

El sufrimiento es el medio por el cual existimos, porque es el único gracias al cual tenemos conciencia de existir.

Llegó el momento en que el sufrimiento de los demás ya no les bastó: tuvieron que convertirlo en espectáculo.

Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, descuidado.

Nos escondemos en la fría indiferencia al sufrimiento innecesario de otros, incluso cuando lo causamos.

En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo.

Todo lo que endurece, desmoraliza.

El ser humano no puede rehacerse a sí mismo sin sufrimiento, porque es a la vez el mármol y el escultor.

Los sufrimientos son como nubes pasajeras: que de lejos nos parecen negras y de cerca apenas son grises.

Cuando uno soporta sufrimientos propios no tiene necesidad de adjudicarse dolores ajenos.

Cuando un hombre bueno está herido, todo el que se considere bueno debe sufrir con él.

Quien todo sabe sufrir, a todo puede atreverse.

Es verdad que sufriendo se puede aprender muchas cosas. Lo malo es que al haber sufrido hemos perdido fuerzas para servirnos de ellas.

El peor sufrimiento está en la soledad que lo acompaña.

A veces en lo oscuro, en lo complicado, se toca la verdad.

Lo que sufrimos ahora no se compara con la gloria que Él nos revelará después.

No necesitas sufrir para conocer el sufrimiento, pero necesitas empatía para identificar el sentimiento de sufrimiento de aquellos que te rodean.

Estoy temeroso de una sola cosa en mi vida; ser indigno de mis sufrimientos.

Una fe que puede ser destruida por el sufrimiento no es fe.

Nunca te detengas por sentirte derrotado. El viaje hasta el otro lado es posible solo después de un gran sufrimiento.

La espera es dolorosa, el olvido es doloroso. Pero no saber qué hacer es el peor tipo de dolor.

Mientras más pienses que la causa de tu sufrimiento esta “allá afuera”, mientras más pienses que alguien o algo es responsable de tu sufrimiento, la situación será más desesperanzadora.

Hay momentos en los que la única cosa correcta que podemos hacer es soportar los problemas hasta un mejor día.

Es en los límites del dolor y del sufrimiento cuando los hombres se separan de los niños.

Hay algunas heridas que sólo pueden sanar profundizándolas y empeorándolas.

Todo el mundo sabe que el helado vale la pena cuando esta frío. Como todas las cosas virtuosas, tienes que sufrir para ganar la recompensa.