Frases sobre la Vanidad
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La prueba que debemos establecer para nosotros mismos no es marchar solos, sino marchar de tal manera que los demás deseen unirse a nosotros.
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El que se enorgullece se come a sí mismo: el orgullo es su propio vaso, su propia trompeta, su propia crónica.
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El orgullo levanta la cabeza cuando todos a tu alrededor tienen la suya inclinada. El coraje es lo que te hace hacerlo.
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El orgullo, como el imán, apunta constantemente a un objeto, a uno mismo; pero a diferencia del imán, no tiene un polo que atrae, el orgullo repele en todos los puntos.
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El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.
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No quiero ser arrogante pero soy un hombre increiblemente atractivo. No es que intente serlo, simplemente lo soy.
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Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen.
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A los muertos no les importa cómo son sus funerales. Las exequias suntuosas sirven para satisfacer la vanidad de los vivos.
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En el fondo de toda vanidad personal, las mujeres sienten siempre su impersonal desprecio por la Mujer.
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Lo que vuelve tan penetrante al dolor causado por el deshonor o los celos es que la vanidad no puede ayudarnos a soportarlo.
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No creo que la vanidad tenga que ver con el hecho de ser actor. Actuar es menos acerca de uno mismo y más acerca de lo que se trata de comunicar.
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Los hombres cuando son buenos maridos son atrozmente aburridos, y cuando no lo son, resultan de una vanidad abominable.
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No te mezcles en la sonora lucha y el vaivén de las gentes, para que no te contamines de locura o vanidad.
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La vanidad del ser humano hace que le tenga mas miedo a la muerte que vivir una vida de sufrimientos.
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Raras veces nos, equivocaremos al imputar los actos supremos a la vanidad, los mediocres a la costumbre y los inferiores a la timidez.
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Vano quiere decir vacío; de modo que la vanidad es tan poca cosa, que apenas puede decirse de ella cosa peor que su nombre.
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He llegado a la firme convicción de que la vanidad es el fundamento de todo, y finalmente, que lo que llamamos conciencia no es sino la vanidad interna.
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–Nada es más engañoso –dijo Darcy– que la apariencia de humildad. Normalmente no es otra cosa que falta de opinión, y a veces es una forma indirecta de vanagloriarse.
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El estar bien informado nos impide alimentar la vanidad ajena, lo cual el buen sentido aconseja evitar.