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Frases de Desgracia

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  • En la vida, lo más triste, no es ser del todo desgraciado, es que nos falte muy poco para ser felices y no podamos conseguirlo.




  • Conocer las cosas que lo hacen a uno desgraciado, ya es una especie de felicidad.




  • Si no quieres ser desgraciado trata a las catástrofes como a molestias, pero de ninguna manera a las molestias como a catástrofes.




  • El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.




  • Sólo el infortunio puede convertir un corazón de roca en un corazón humano.




  • La desgracia descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir.




  • No existe para el hombre más que una verdadera desdicha: incurrir en falta y tener motivo de censura contra sí.




  • Desdichado es el que por tal se tiene.




  • El desdichado no tiene otra medicina que la esperanza.




  • Al principio de las plagas, y cuando han terminado, se hace siempre algo de retórica. [..] Es en el mismo momento de la desgracia cuando uno se acostumbra a la verdad, es decir, al silencio.




  • La fatalidad no pesa sobre el hombre cada vez que hace algo; pero pesa sobre él, a menos que haga algo.




  • La desgracia, al ligarse a mí, me enseñó poco a poco otra religión, distinta a la religión enseñada por los hombres.




  • Dichas que se pierden son desdichas más grandes.




  • La fatalidad posee una cierta elasticidad que se suele llamar libertad humana.




  • La desgracia es la comadrona de las virtudes.




  • La desdicha es el vínculo más estrecho de los corazones.




  • Acostada en medio de la desdicha, el alma ve mucho.




  • Los más desgraciados son los que lloran menos.




  • La desgracia abre el alma a una luz que la prosperidad no ve.




  • La mayor parte de nuestras desgracias resultan más soportables que los comentarios que de ellas hacen nuestros amigos.




  • Las desgracias más temidas son, de ordinario, las que no llegan jamás.




  • En las desgracias hay que acordarse del estado de conformidad con que miramos las ajenas.




  • Aborreced las bocas que predicen desgracias eternas.




  • Hablando de nuestras desgracias las aliviamos.




  • No es bueno ser desgraciado, pero bueno es haberlo sido.




  • No hay cosa más excusada y aun perdida que el contar el miserable sus desdichas a quien tiene el pecho colmado de contentos.




  • Admiro aquella cabeza que lleva orgullosamente su desgracia, como un rey su corona.




  • ¿No es triste considerar que sólo la desgracia hace a los hombres hermanos?




  • El hombre arruinado lee su condición en los ojos de los demás con tanta rapidez que él mismo siente su caída.




  • Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.




  • Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.




  • Hay muchas personas que adquieren la costumbre de ser infelices.




  • Cuando llega la desgracia, nunca viene sola, sino a batallones.




  • Es curioso lo lejana que resulta una desgracia cuando no nos atañe personalmente.




  • Los dioses tramaron desventuras para que los hombres y las generaciones venideras tuviesen sobre qué cantar.




  • El infortunio es necesario también para descubrir ciertas minas misteriosas ocultas en la inteligencia humana.




  • El más desgraciado de todos los hombres es el que cree serlo.




  • Porque es tocando fondo, aunque sea en la amargura y la degradación, donde uno llega a saber quién es, y donde entonces empieza a pisar firme.




  • El honor inmerecido es el preámbulo a la desgracia.




  • Desdichado es el que por tal se tiene.