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Las pequeñas mentes son domadas y sometidas por la mala suerte, las grandes mentes se erigen por encima de eso.
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Existe algo sagrado en las lágrimas. No son signo de debilidad, pero si de poder. Ellas hablan más elocuentemente que diez lenguas. Son las mensajeras de una apabullante pena… y de amor indescriptible.
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El terreno de la literatura es una tierra de hadas para los que la ven en la distancia, pero, como todos los otros paisajes, se desvanece el encanto de un enfoque más próximo, y las espinas y zarzas se hacen visibles.
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El principio natural de la guerra es hacer el mayor daño a nuestro enemigo con el menor daño a nosotros mismos, y esto por supuesto se va a efectuar por una estratagema.
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Las pequeñas mentes están domesticadas y subyugadas por la desgracia, en cambio las grandes se sobreponen a ella.
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Cuando una persona le dice a otra que se ve muy joven, debe tener la certeza de que se está envejeciendo.
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La Navidad es la temporada perfecta para encender el fuego de la hospitalidad en el salón y la genial llama de la caridad en el corazón.
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Un corazón bondadoso es una fuente de alegría, que hace que todo lo que le rodea se convierta en sonrisas.
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¡Dulce es el recuerdo de amigos lejanos! Como el suave rayo de un sol que se pone, cae con ternura, pero con tristeza, sobre el corazón.
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Una buena naturaleza inagotable es uno de los dones más preciosos del cielo, que se derrama como aceite sobre el turbulento mar del pensamiento y mantiene la mente tranquila y serena en el clima más duro.
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Esos hombres son más propensos a ser serviles y conciliadores en el extranjero, que están bajo la disciplina de las musarañas en casa.
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El amor nunca se pierde. Si no es correspondido, fluirá de regreso, ablandará y purificará tu corazón.
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Actuar proporciona el cumplimiento de nunca ser cumplido. Nunca eres tan bueno como te gustaría ser. Entonces siempre hay algo que esperar.
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Navidad es la temporada para encender el fuego de la hospitalidad en la sala, la llama genial de la caridad en el corazón.
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Existe un sereno y determinado esplendor en el paisaje arbolado que entra en el alma y la deleita, la eleva y la llena de inclinaciones nobles.
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