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Frases de Simón Bolívar

Frases de Simón Bolívar

Fue un militar y político venezolano, fundador de las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia.

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  • El que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores.



  • No podemos tener traidores en las filas, de lo contrario perderíamos la patria.



  • El sistema de gobierno perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.



  • Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad.



  • Llamarse jefe para no serlo es el colmo de la miseria.



  • Moral y luces son nuestras primeras necesidades.



  • Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, bajaré tranquilo al sepulcro.



  • A la sombra del misterio no trabaja sino el crimen.



  • Contemplaréis afligidos que casi toda la Tierra ha sido, y aún es, víctima de sus gobiernos.



  • La dictadura es el escollo de las repúblicas.



  • Dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto.



  • Compatriotas. las armas os darán la independencia, las leyes os darán la libertad.



  • La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino.



  • Como amo la libertad, tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos.



  • Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral.



  • Amo la libertad de la América más que mi gloria propia, y para conseguirla no he ahorrado sacrificios.



  • Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos.



  • Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos.



  • Siempre es noble conspirar contra la tiranía, contra la usurpación y contra una guerra desoladora e inocua.



  • Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.



  • La Justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad.



  • Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir; y al fin no existiría.



  • Soy siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamó mi patria.



  • La gloria está en ser grande y ser útil.



  • ¡Si la vida son dos días quiero vivirlos contigo y solo contigo!.



  • No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre la región de la libertad, descendamos a la región de la tiranía.



  • La violencia de la fuerza arrastra consigo los principios de su propia destrucción.



  • No somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles.



  • La libertad primero que la literatura.



  • La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares.



  • La unidad lo hace todo y, por lo mismo, debemos conservar este precioso principio.



  • Es más difícil sacar un pueblo de la servidumbre, que subyugar uno libre.



  • Los estados son esclavos por la naturaleza de su constitución o por el abuso de ella.



  • Necesitamos reunir todas nuestras fuerzas para lograr un golpe capaz de variar la suerte del país.



  • Es insoportable el espíritu militar en el mando civil.



  • Un pueblo es esclavo cuando el gobierno, por su esencia o por sus vicios, huella y usurpa los derechos del ciudadano o súbdito.



  • ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria.



  • El hombre de honor no tiene más patria que aquella en que se protegen los derechos de los ciudadanos y se respeta el carácter sagrado de la humanidad.



  • El instinto es un consejero leal; en tanto que la pedantería es un aire mefítico que ahoga los buenos sentimientos.



  • La enseñanza de las buenas costumbres o hábitos sociales es tan esencial como la instrucción.