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Fue uno de los jefes de la Revolución mexicana,​ cuya actuación militar fue decisiva para la derrota del régimen del entonces presidente Victoriano Huerta.



  • Yo prefiero pagar primero a un maestro y después a un general.



  • El alcohol mata a los pobres y la educación los salva.



  • Es justo que todos aspiremos a ser más, pero también que todos nos hagamos valer por nuestros hechos.



  • No soy un hombre educado. Nunca tuve la oportunidad de aprender algo, excepto cómo pelear.



  • He logrado que los alumnos y los profesores estén contentos en canutillo: a los chamacos, proporcionándoles todo lo necesario para que se instruyan; a los maestros, respetándolos como yo los respeto y pagándoles con puntualidad.



  • A Madero lo vi chico de cuerpo, pero grande de alma.



  • Conceptúo que las principales desgracias acaecidas en mi país, han sido a iniciativa de los gringos, y los llamo así porque no los puedo ver ni en pintura.



  • El país debe ser gobernado por alguien que realmente quiera a su gente y a su tierra, y que comparta la riqueza y el progreso.



  • Parral me gusta hasta pa’ morirme.



  • En esta época hay muchos políticos ambiciosos, que ningún bien hacen a mi raza; pasan el tiempo discutiendo tonterías y robándose el dinero que le pertenece al pueblo.



  • Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte.



  • Sería magnífico, yo creo, ayudar a hacer de México un lugar feliz.



  • No crean ustedes que el que haya yo asumido esta actitud de paz, sea porque no puedo sostenerme. Villa puede sostenerse el tiempo que quiera.



  • Antes de la Revolución, yo en Chihuahua tenía cinco expendios de carne, dos lecherías, y una tienda que me dejaban cien pesos diarios, libres. Todo lo perdí.



  • Un cura es un hombre de negocios como cualquier otro.



  • Si le siguen tocando los tompiates al pueblo de este país nos vamos a levantar y les vamos a dar en la madre.



  • Mientras era leñador tuve muy pocos amigos y mis conversaciones las sostenía conmigo mismo, cuando no era con el burro, mi amigo de siempre.



  • Aquí en este lugar, juro que pelearé hasta lo último por esos ideales; que mi espada ha pertenecido, pertenece y pertenecerá al pueblo. Me faltan palabras…



  • No quiero ser como muchos que andan reclamando que les paguen lo que perdieron. En estos tiempos no es patriótico hacer reclamaciones. Yo estoy en silencito. ¡Tal vez, algún día, reclame!



  • Los hombres no olvidarán que Pancho Villa fue leal a la causa de la gente.



  • Vinieron como águilas, y se van como gallinas mojadas.



  • Esos son los únicos títulos que sí reclamo, porque me pertenecen, porque he sabido conquistarlos al precio de mi sangre y de mis constantes esfuerzos.



  • Hay miles de mexicanos partidarios míos que están silencitos porque saben que no estoy metido en política.



  • En nuestro país quienes se dedican al bandidaje son los terratenientes, los rurales y los generales de Porfirio Díaz. La gente humilde como yo lucha por la justicia y por una suerte mejor.



  • Aburrido de ser leñador me hice luchón en el comercio.



  • Cuando pasé esta mañana por … calle, vi a un grupo de niños. Pongamos allí una escuela.



  • Cuando fui gobernador de Chihuahua, el primer mes de gobierno se construyeron cerca de 50 escuelas. Yo no fui a una, pero sabía cual es la importancia de la educación para salir adelante.



  • Ya es tiempo de que los prejuicios acaben, de que la sociedad se establezca sobre bases más sólidas, más naturales, más sabias, más justas y más nobles.



  • Mi padre murió cuando todos éramos muy pequeños.



  • Este (su hijo Agustín) es el que quiero que sea doctor. El otro, Octavio, militar, y el más chico, Panchito, de siete meses, será abogado.



  • La igualdad no existe, ni puede existir. Es mentira que todos podamos ser iguales; hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde.



  • Soy un soldado de verdad. Yo puedo movilizar 40 mil soldados en 40 minutos.



  • Qué sería del mundo si todos fuéramos generales, si todos fuéramos capitalistas o todos fuéramos pobres.



  • Yo, Pancho Villa, fui un hombre leal que el destino trajo al mundo para luchar por el bien de los pobres, y que nunca traicionaré ni olvidaré mi deber.



  • Yo muy bien comprendo que la guerra la hacemos nosotros los hombres ignorantes, y la tienen que aprovechar los gabinetes.



  • Fusílenlo, después averiguamos.



  • La incultura es una de las desgracias más grandes de mi raza. La educación de los hijos de mi raza es algo que no debe pasar inadvertido para los gobernantes y para los ciudadanos.



  • Tengo el deber de informarle que Pancho Villa se encuentra en todas partes y en ninguna a la vez.



  • Compañeros de armas y señores. No crean ustedes que el que les va a hablar es un filósofo, soy un hombre de pueblo, pero ustedes comprenderán que estos hombres cuando hablan, hablan con el corazón.



  • Yo sería de aquella religión que no me hiciera tonto.