Frases de Milan Kundera

Sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo a las leyes de la belleza, aún en momentos de más profunda desesperación.
Hay una parte de nosotros que vive fuera del tiempo. Quizás nos volvemos conscientes de nuestra edad sólo en momentos excepcionales y la mayoría de las veces somos atemporales.
No era una hipócrita con una cara real y varias caras falsas. Tenía varias caras porque era joven y no sabía cuál era o quería ser.
La verdadera prueba moral de la humanidad, su prueba fundamental, consiste en sus actitudes hacia aquellos que están a su merced: los animales.
La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso.
A pesar de mi escepticismo me ha quedado algo de superstición. Por ejemplo esta extraña convicción de que todas las historias que en la vida ocurren tienen además un sentido, significan algo. Que la vida, con su propia historia dice algo sobre sí misma, que nos devela gradualmente alguno de sus secretos, que está ante nosotros como un acertijo que es necesario resolver.
La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella.
Ni siquiera el propio dolor es tan pesado que el dolor sentido, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos.
El tiempo humano no gira en forma circular. Corre hacia adelante en una línea recta. Es por esto que las personas no pueden ser felices: la felicidad busca la repetición.
Nadie puede hacer nada contra los sentimientos, ahí están y escapan a cualquier censura. Uno puede reprocharse tal acto, tal palabra pronunciada, pero no puede reprocharse un sentimiento, simplemente porque no tiene poder alguno sobre él.”
Vivir en la verdad, no mentir ni a nosotros mismos ni a los demás, es posible solo lejos del público. En el momento en que alguien vigila lo que hacemos, involuntariamente hacemos concesiones para ese ojo, y nada de lo que hacemos es veraz.
Desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo.
No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera de uno propio dolor pesa tan pesado como el dolor que se siente por alguien, para alguien, el dolor se intensificó por la imaginación y prolongada por un centenar de ecos.