Khalil Gibran Frases

Fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés; es conocido como el poeta del exilio.

El ayer es la memoria de hoy y el mañana es el sueño de hoy.
La tristeza es un muro entre dos jardines.
He aprendido el silencio del hablador, la tolerancia del intolerante y la amabilidad del cruel; pero extraño, soy desagradecido con estos maestros.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
No progresas mejorando lo que ya esta hecho, sino esforzándote por lograr lo que aun queda por hacer.
Anoche inventé un nuevo placer, y cuando lo iba a disfrutar por vez primera, llegaron violentamente a mi casa un ángel y un demonio. Entraron en mi puerta y disputaron acerca de mi nuevo placer. Uno gritaba: ¡es un pecado!; y el otro decía: ¡es una virtud!.
El más triste de los hombres es el que convierte sus sueños en plata y oro.
Cree en tus sueños, ya que en ellos se encuentra oculta la puerta a la eternidad.
Igual que las semillas sueñan bajo la nieve, nuestro corazón sueña con la primavera.
Dormí y soñé que la vida es alegría. Me desperté y vi que la vida es servicio. Serví y vi que el servicio es alegría.
Das muy poco cuando das de tus posesiones. Es cuando das de ti mismo cuando realmente estás dando.
El más pequeño acto de bondad vale más que la mayor intención.
El amor no sabe de su propia profundidad hasta la hora de la separación.
Tu dolor es la ruptura de la cáscara que encierra tu comprensión.
Para comprender el corazón y la mente de una persona, no te fijes en lo que ha hecho, sino en lo que aspira a hacer.
La generosidad no es darme aquello que necesito más que tú, sino darme aquello que tú necesitas más que yo.
La generosidad es dar más de lo que puedes.
Siempre ha sido que el amor no conoce su propia muerte hasta la hora de la separación.
Sé como una flor y gira tu cabeza hacia el sol.
Del sufrimiento se han forjado las almas más fuertes. Los más contundentes caracteres están cubiertos de cicatrices.
En la dulzura de la amistad haya risa y compartición de placeres. Porque en el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra su mañana y se refresca.
Amigo mío, no soy lo que parezco. La apariencia no es más que una prenda que llevo, una prenda cuidadosamente tejida que me protege de tus cuestionamientos y a ti de mi negligencia.
El optimista ve la rosa y no sus espinas; el pesimista se queda mirando las espinas, sin ver la rosa.
Oras en tu angustia y en tu necesidad; Ojalá también orasen en la plenitud de tu gozo y en tus días de abundancia.
La exageración es la verdad que ha perdido su temple.
El necio ve nada más que la locura; y la locura del loco. Ayer le pedí a un hombre necio que contara a los necios entre nosotros. Se rió y dijo: «Esto es algo demasiado difícil de hacer, y tomará demasiado tiempo. ¿No era mejor contar sólo los sabios?
Las luchas en la naturaleza no son más que el desorden que anhela el orden.
El amor me proporcionó lengua y lágrimas.
Gran parte de su dolor es la poción amarga por la cual el médico dentro de usted sana su yo enfermo.
Gran parte de tu dolor es auto-elegido.
Es erróneo pensar que el amor proviene de una larga compañía y un noviazgo perseverante. El amor es la descendencia de la afinidad espiritual y a menos que esa afinidad se cree en un momento, no se creará durante años o incluso generaciones.
Existí desde toda la eternidad y, he aquí, estoy aquí; y existiré hasta el fin de los tiempos, porque mi ser no tiene fin.
He aprendido el silencio del hablador, la tolerancia del intolerante y la bondad del cruel; sin embargo, extraño, soy ingrato con esos maestros.
No pienses que puedes dirigir el curso del amor, pues el amor, si eres digno de él, dirigirá el tuyo.
Siembra una semilla y brotará una flor. Sueña un sueño al cielo y te traerá tu amor.
El despertar espiritual es lo más esencial en la vida del hombre, y es el único propósito del ser. ¿No es la civilización, en todas sus formas trágicas, un motivo supremo para el despertar espiritual?
Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal: está en nuestras lágrimas y en el mar.
En la dulzura de la amistad que haya risas, porque en el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra su mañana y se refresca.
Avanzar, y nunca detenerse, porque avanzar es la perfección. Avanza y no temas a las espinas en el camino, ya que solo extraen sangre corrupta.
Si revelas tus sentimientos al viento, no debes culpar al viento por revelarlos a los árboles.