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Frases de José Ingenieros

Frases de José Ingenieros

Fue un médico, psiquiatra, psicólogo, criminólogo, farmacéutico, sociólogo, filósofo, masón, teósofo, ​escritor y docente ítaloargentino.

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  • Es hermoso que los padres lleguen a ser amigos de sus hijos, desvaneciéndoles todo temor, pero inspirándoles un gran respeto.



  • Seres desiguales no pueden pensar de igual manera. Siempre habrá evidente contraste entre el servilismo y la dignidad, la torpeza y el genio, la hipocresía y la virtud.



  • La fe es la fuerza del genio. Para imantar a una era necesita amar su ideal y transformarlo en pasión



  • Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente



  • La escuela es un puente entre el hogar y la sociedad.



  • La imaginación es madre de toda originalidad.



  • Es un gran signo de mediocridad dijo Leibniz elogiar siempre moderadamente.



  • En la utopía de ayer, se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades.



  • Las personas debemos el progreso a los insatisfechos.



  • La rutina es el hábito de renunciar a pensar.



  • No se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal, no se adquiere.



  • El amor a la propia patria debe reflejarse en el respeto a las otras.



  • La imaginación y la experiencia van de la mano. Solas no andan.



  • Él es apenas un objeto en el cuadro.



  • Sin ideales sería inconcebible el progreso.



  • Cuando las miserias morales asolan a un país, culpa es de todos los que por falta de cultura y de ideal no han sabido amarlo como patria: de todos los que vivieron de ella sin trabajar para ella.



  • La intensa cultura no entibia a los visionarios: su vida entera es una fe en acción.



  • Las ilusiones tienen tanto valor para dirigir la conducta, como las verdades más exactas.



  • No tiene voz, sino eco.



  • La vulgaridad transforma el amor de la vida en pusilanimidad, la prudencia en cobardía, el orgullo en vanidad, el respeto en servilismo.



  • Los hombres mediocres repiten que es mejor malo conocido que bueno por conocer.



  • Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía.



  • La curiosidad intelectual es la negación de todos los dogmas y la fuerza motriz del libre examen.



  • El hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios esta viejo, irreparablemente. La vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro.



  • Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes solo necesitan saber a dónde van.



  • La verdad es la más temida de las fuerzas revolucionarias.



  • La burocracia es una convergencia de voracidades en acecho.



  • A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso.



  • A medida que la experiencia humana se amplía, observando la realidad, los ideales son modificados por la imaginación, que es plástica y no reposa jamás.



  • Las rebeldías románticas son embotadas por la experiencia: ella enfrena muchas impetuosidades falaces y da a los ideales más sólida firmeza. Las lecciones de la realidad no matan al idealista: lo educan.



  • Hay cierta ahora en el que el pastor ingenuo se asombra ante la naturaleza que le envuelve.



  • Su personalidad es todo brillo y arista: Firmeza y luz, como cristal de roca, breves palabras que sintetizan su definición perfecta.



  • La costumbre de obedecer engendra una mentalidad doméstica.



  • El proceso de desarrollo de un genio, se necesita mucho tiempo, y no para que este cree sus obras, sino para que estas puedan ser reconocidas.



  • Para concebir una perfección se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación intelectual.



  • El buen lenguaje clásico llamaba doméstico a todo hombre que servía. Y era justo. El hábito de la servidumbre trae consigo sentimientos de domesticidad, en los cortesanos lo mismo que en los pueblos.



  • En la historia de su sociedad solo vive el que deja rastros en las cosas o en los espíritus.



  • La patria no se hace por dinero y tierra solamente, debe tener características de ideal y progreso.



  • Las creencias son los móviles de la actividad humana.



  • El ambicioso quiere ascender, hasta donde sus propias alas puedan levantarlo; el vanidoso cree encontrarse ya en las supremas cumbres codiciadas por los demás.