Skip to main content

Frases de Jean de la Bruyere

Frases de Jean de la Bruyere

Fue un escritor y moralista francés.

1


  • Cuando una mujer bella elogia la belleza de otra, puede estar segura de que es más hermosa que la elogiada.



  • El primer día uno es un invitado, el segundo una carga y el tercero una plaga.



  • De las dificultades nacen los milagros.



  • Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja.



  • Como los niños no poseen ni futuro ni pasado pueden disfrutar del presente. Esto no les pasa a los adultos.



  • Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído.



  • Hay personas que empiezan a hablar un momento antes de haber pensado.



  • Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros.



  • El odio es tan duradero y tenaz, que la reconciliación en un lecho de enfermo, ciertamente, presagia la muerte.



  • Si la pobreza es la madre de todos los vicios, la carencia de espíritu es el padre.



  • Si la pobreza es la madre de los crímenes, la falta de espíritu es su padre.



  • Es difícil decidir si la incertidumbre hace al hombre más desgraciado que despreciable.



  • Los puestos de responsabilidad hacen a los hombres eminentes más eminentes todavía, y a los viles, más viles y pequeños.



  • Dos personas no pueden ser amigas por mucho tiempo si no se pueden perdonar sus pequeños errores.



  • Debemos reír antes de ser felices, por miedo a morir sin haber reído del todo.



  • Querer olvidar a alguien significa pensar en él.



  • No hay más que tres acontecimientos importantes en la vida: nacer, vivir y morir. No sentimos lo primero, sufrimos al morir y nos olvidamos de vivir.



  • Para llegar a la meta de sus propósitos, la mayoría de los hombres es más capaz de un esfuerzo extraordinario que de una larga perseverancia.



  • La vida es corta y enojosa, transcurre deseando siempre.



  • De nuestras dificultades nacen milagros.



  • El placer que sentimos al criticar nos roba su desplazamiento cosas muy hermosas.



  • La lógica es la técnica por la que añadimos convicción a la verdad.



  • Todas las desgracias de los hombres brotan de su odio a la soledad.



  • El valor de una persona en este mundo se estima de acuerdo al valor que se ponen a sí misma.



  • Hay una falsa modestia que es vanidad, una falsa grandeza que es pequeñez, una falsa virtud que es hipocresía y una falsa sabiduría que es prudencia.



  • Con la perfidia de las mujeres se consigue curar los celos.



  • Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca.



  • Casi siempre la burla arguye pobreza de espíritu.



  • La burla es a menudo el resultado de una pobreza de ingenio.



  • De las dificultades surgen milagros.



  • Rara vez nos arrepentimos de hablar poco, pero muy a menudo hablando demasiado.



  • La discreción es la perfección de la razón y una guía para nosotros en todos los deberes de la vida; La astucia es una especie de instinto, que solo se preocupa por nuestros intereses y bienestar inmediatos.



  • La crítica a menudo no es una ciencia; es un oficio, que requiere más buena salud que ingenio, más trabajo duro que talento, más hábito que genio nativo.



  • Toda nuestra infelicidad proviene de nuestra incapacidad para estar solos.



  • Confiamos nuestro secreto a un amigo, pero enamorados se nos escapa.



  • Cuando se revela un secreto, es culpa del hombre que lo confió.



  • Hay algunos hombres que hacen oídos sordos a la razón y a los buenos consejos, y deliberadamente se equivocan por temor a ser controlados.



  • Dos personas no pueden ser amigas por mucho tiempo si no pueden perdonar las pequeñas fallas del otro.



  • No existe para el hombre más que una verdadera desdicha: incurrir en falta y tener motivo de censura contra sí.



  • Hay una especie de vergüenza en ser feliz a la vista de ciertas miserias.