-
-
-
-
-
No recuerdo haber leÃdo ningún libro que no hable de la inestabilidad de la mujer. Quizás porque fueron escritos por hombres
-
-
-
-
-
-
-
-
No existe nada que no harÃa por aquellos que son realmente mis amigos. No tengo noción de amar a las personas a medias, no es mi naturaleza.
-
-
-
-
Odio oÃr que hablen de las mujeres como si fueran damas refinadas en vez de criaturas racionales. Nadie quiere vivir en aguas apacibles toda su vida.
-
La vanidad y el orgullo son dos cosas completamente distintas, aunque a veces se utilizan como si fuesen sinónimos.
-
-
El orgullo se relaciona más con nuestra opinión de nosotros mismos, la vanidad con lo que creemos que otros piensan de nosotros.
-
La vanidad es un defecto. Pero el orgullo, en caso de personas de inteligencia superior, creo que es válido.
-
-
-
-
-
-
Las sorpresas son tonterÃas. El placer no se ha mejorado, y el inconveniente es a menudo considerable.
-
-
La persona, sea el caballero o señora, que no tiene placer en una buena novela, debe ser intolerablemente estúpido.
-
La imaginación de una señora es muy rápido, sino que salta de la admiración al amor, del amor al matrimonio en un momento.
-
Ningún hombre se siente ofendido por la admiración de otro hombre de la mujer que ama, es la única mujer que puede hacer que sea un tormento.
-
-
Cuando se unen la juventud y la desconfianza, se requiere firmeza poco común de la razón para resistir la atracción de ser llamada la chica más encantadora del mundo.
-
Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero en posesión de una buena fortuna, debe estar en la falta de una esposa.
-
Hay desde luego no tantos hombres de gran fortuna en el mundo, ya que hay mujeres bonitas que merecemos.
-
-
Te alegra que poseas el talento de halagar con delicadeza. ¿Puedo preguntar si estas atenciones agradables proceden del impulso del momento o son el resultado de un estudio previo?
-
Nadie puede ver lo mucho que sufro. Pero siempre es asÃ. No nos compadecemos de aquellos que no se quejan.
-
-