Frases de Benjamín Franklin

Fue uno de los líderes de la Revolución Americana, conocido por sus citas y experiencias con la electricidad. También fue el primer embajador de Estados Unidos en Francia.

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No seas tonto ni astuto, sino sabio.
El astuto roba un caballo, el sabio lo deja solo.
Después de tres días los hombres se cansan, de una moza, de una invitada y de un clima lluvioso.
Las promesas les pueden gustar a los amigos, pero no cumplirlas los convertirá en enemigos.
Dime y me olvido, enséñame y podré recordar, involúcrame y aprendo.
Presta dinero a tu enemigo y lo ganarás a él; préstalo a tu amigo y lo perderás.
Como los encantos no tienen sentido, el sin-sentido es encantador.
El genio sin instrucción es como la plata en la mina.
Si haces lo que no debes, deberás sufrir lo que no mereces.
Si quieres ser rico, piense en ahorrar y en obtener.
El que opina que el dinero hará todo, puede ser sospechoso de hacerlo todo por dinero.
Mientras puedas, ahorra para la vejez y la necesidad, porque el sol de la mañana no dura todo el día.
Cuidado con los pequeños gastos. Una pequeña fuga hundirá un gran barco.
Toda la humanidad se divide en tres clases: las que son inamovibles, los que son móviles, y aquellos que se mueven.
Cada año se erradicaba un vicioso hábito, a tiempo podría hacer que el peor hombre fuera bueno en todo momento.
Si tienes un sirviente que te gusta, sírvete.
Si el tiempo es lo más valioso, perder el tiempo debe ser la mayor prodigalidad.
Tu puedes retrasarte, pero el tiempo no lo hará.
Todo lo que comienza con ira termina en vergüenza.
Haber sido pobre no es una pena, pero estar avergonzado de ello, lo es.
Ser ignorante no es tanto una pena, como no estar dispuesto a aprender lo es.
La mayoría de las personas devuelven pequeños favores, reconocen los medianos y pagan los mayores, con ingratitud.
La ley más estricta a veces se convierte en la injusticia más severa.
La avaricia y la felicidad nunca se vieron, ¿cómo podrían entonces conocerse?
La pobreza quiere cosas, el lujo muchas cosas, la avaricia todas las cosas.
Cualquier estúpido puede criticar, condenar y quejarse. Y la mayoría de los tontos lo hacen.
Al no prepararte, te estás preparando para fallar.
Al no prepararse, se está preparando para fallar.
El autocontrol se basa en dejar que la razón tome las riendas.
El que te ha hecho una bondad estará más preparado para hacerte otra que el que tú mismo has obligado.
El desorden almuerza con la abundancia, como la pobrezacena con la miseria y se acuesta con la muerte.
Si quieres persuadir, habla del interés, no de la razón.
Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes y el conocerse a uno mismo.
Las promesas pueden encajar en los amigos, pero el incumplimiento los convertirá en enemigos.
La llave que se usa constantemente reluce como plata: no usándola se llena de herrumbre. Lo mismo pasa con el entendimiento.
Un amigo falso y una sombra asisten sólo cuando el sol brilla.
Un centavo ahorrado es un centavo ganado.
Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco.
Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza.
Yo creo que el mejor medio de hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin recibirla.