Frases contra el Cáncer
Frases contra el Cáncer. Encuentra docenas de Frases contra el Cáncer con fotos para copiar y compartir.
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El diagnóstico de un cáncer te cambia para siempre. Siempre recuerdas el momento en que vino.
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Nos afecta a todos. Ya seas, hombre o mujer, cuídate.
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Cuando pasas por una experiencia como esa, tus prioridades cambian y te das cuenta de lo que es realmente importante para ti.
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Lucha siempre con determinación. Nunca te rindas.
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Siempre muestran el cáncer de vómito y dolor físico y nunca a los supervivientes. Puedo contar con ambas manos la gente que ha sobrevivido al cáncer. No todo el mundo muere de cáncer, también se sobrevive, y no solo en Houston.
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Me di cuenta de que podía ser el ejemplo de una mujer que no solo es consciente de su cáncer de mama, sino que actúa contra él.
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Crecer por crecer es la ideología de la célula del cáncer.
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Lo primero que pierdes con el cáncer son las caricias y los abrazos. Todo el mundo te da golpes en la espalda, pero casi nadie te abraza o te acaricia. Todo el mundo tiene miedo de mostrar sus sentimientos porque eso significa que piensan que puedes morir. Había un médico que siempre me tocaba el pelo y la nuca. Me daba la sensación de que viviría, de que era importante.
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El cáncer me enseñó a parar de guardar cosas para una ocasión especial. Cada día es especial. No tienes que tener cáncer para vivir una vida al máximo. ¿Mi filosofía post-cáncer? No hay pérdida de tiempo. No hay ropa fea. No hay películas aburridas.
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El cáncer de mama no es solo una enfermedad que ataca a las mujeres. Ataca al corazón de quienes somos como mujeres: cómo nos perciben los demás, cómo nos percibimos a nosotras mismas, cómo vivimos, trabajamos y criamos a nuestras familias, o si hacemos todas estas cosas al fin y al cabo.
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Lance Armstrong, el famoso ciclista y más importante, superviviente del cáncer, han dicho que si alguna vez tienes una segunda oportunidad para algo, tienes que darlo todo.
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El gran error del tratamiento de enfermedades es que hay médicos para el cuerpo y para el alma, aunque no pueden ser separados.
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Es muy importante hablar sobre el cáncer y los pensamientos que tienes sobre él.
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Tócate para que no te toque. Siempre con amor todo obstáculo es mejor.
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Si los niños tienen la habilidad de ignorar todas las probabilidades y porcentajes, quizás podemos aprender de ellos. Cuando piensas sobre ello, ¿Qué otra opción hay a parte de la esperanza? Tenemos dos opciones médicamente y emocionalmente: rendirse o luchar.
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Se trataba de ganar a cualquier precio. Cuando me diagnosticaron cáncer estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para sobrevivir. Tomé esa misma actitud -ganar a cualquier precio- en el ciclismo.
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Pero no se podía negar su sonrisa. Esa sonrisa podía terminar con guerras y curar el cáncer.
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Son sólo pechos. Es cierto, los amo, son míos, son hermosos. Pero si una mira todo el panorama, preferiría vivir mucho más tiempo y llegar a envejecer junto a mi marido. Saber establecer las prioridades es lo que mantiene mi esperanza.
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Cuando regresé a Gotemburgo fue con el diagnóstico grave de cáncer. No recuerdo nada en particular del viaje de vuelta, solo la gratitud hacia mi esposa Eva Bergman, quien estaba conmigo.
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Durante la mayor parte de mi vida había operado bajo un esquema simple de ganar y perder, pero el cáncer me estaba enseñando a tolerar las ambigüedades.
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El tiempo se acorta, pero cada día que enfrento a este cáncer y sobrevivo a él es una victoria para mí.
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Sigo soñando en un futuro, un futuro con una larga y saludable vida, no vivida en la sombra del cáncer sino en la luz.
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Cuando fui diagnosticada con cáncer supe que lo único que podía controlar era lo que comía, lo que bebía y lo que pensaba.
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El cáncer es una enfermedad donde el paciente puede contribuir en gran medida para ayudarse a sí mismo si puede mantener su moral y sus esperanzas.
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Me gustó recordar esos momentos difíciles, cuando me diagnosticaron un cáncer y me dijeron que podía morir en tres meses. Pensé en cómo, con mi experiencia o la de gente como Lance Armstrong, hablar del tema puede servir de inspiración y quizá ayudar a alguien. Pensar que vas a morir es devastador. Piensas que es el fin del mundo. Pero, si lo superas, compartirlo puede ser muy enriquecedor.
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El susto de mi cáncer cambió mi vida. Estoy agradecida por cada día que tengo. Me ha ayudado a priorizar mi vida.
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Dormí muchas horas, unas diez, quizá porque tardaba en recuperarme, porque dormir va bien para el cáncer, y quizá también porque era una adolescente que no tenía que despertarse a ninguna hora en concreto.
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Cuando tienes una enfermedad como el cáncer, miras la vida un poco diferente. Algunas cosas que eran importantes no parecen tan importantes como fueron.
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