El principio democrático de «un hombre
El principio democrático de «un hombre, un voto», visto en un contexto de masas de votantes que suman varios millones, sólo sirve para demostrar la penosa impotencia del individuo inarticulado, que funciona en las urnas como la más pequeña unidad aritmética (y no siempre algebraica) indivisible. Actúa en el anonimato total, el secreto y la irresponsabilidad legal.
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