Para pedir limosna hay que ir limpio, pero maltrazado. —Santiago Rusiñol
Para pedir limosna hay que ir limpio, pero maltrazado. El pobre que va decentemente no causa pena y el que va sucio da asco. Hasta la compasión se ha de inspirar con mesura.
Interpretacion
El autor observa la paradoja social de que la apariencia condiciona la compasión. Señala que la pobreza solo conmueve si muestra sufrimiento visible. Critica la medida y el cálculo detrás de la empatía pública.
Temas
santiago rusiñol pobreza compasión apariencia sociedad empatía critica
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