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¡Los poetas amamos a la sangre! A la sa

¡Los poetas amamos a la sangre! A la sangre encer...

¡Los poetas amamos a la sangre! A la sangre encerrada en la botella del cuerpo, no a la sangre derramada por los campos, ni a la sangre derramada por los celos, por los jueces, por los guerreros; amamos a la sangre derramada en el cuerpo, a la sangre feliz que ríe por las venas, a la sangre que baila cuando damos un beso.


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  • Me gusta cada vez que me das un beso, porque me recuerda lo mucho que me amas.



  • Cuando te doy un beso se me eriza la piel y mi corazón late con fuerza.



  • Cada vez que nos besamos me encuentro en el paraíso.



  • Tus labios son suaves como la seda y tan dulces como el más delicioso caramelo.



  • Cada vez que nos besamos me pierdo en el momento y siento que nada importa más allá de nuestro amor.