Skip to main content

Frases sobre Pecados

44


  • La única diferencia entre el santo y el pecador es que todo santo tiene un pasado y todo pecador tiene un futuro.




  • El falso arrepentimiento es cuando el individuo todavía siente el deseo de pecar. Se abstiene de hacerlo, no porque lo aborrece, sino porque teme sus consecuencias.




  • El pecado no es dañino porque está prohibido, sino que está prohibido porque es dañino.




  • Logro resistirlo todo, salvo la tentación.




  • El pecado y el hijo de Dios son incompatibles. Pueden encontrarse ocasionalmente; no pueden vivir juntos en armonía.




  • Como en las deudas, no cabe con las culpas otra honradez que pagarlas.




  • Es más fácil gritar con furia por mil pecados ajenos que matar uno propio.




  • El placer es un pecado, y a veces el pecado es un placer.




  • Es muy puntual el diablo.




  • El que puede socorrer al que va a perecer y no lo socorre, lo mata.




  • Casos hay en que cumplir el deber es pecar.




  • El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda.




  • Desear a la mujer de tu prójimo no es pecado, es tener buen gusto.




  • Cada vez que pecamos se debe a que es ese momento preferimos hacer otra cosa en lugar de obedecer a Dios.




  • El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.




  • La paga del pecado es la muerte, pero para cuando se sacan los impuestos, es sólo una especie de sensación de cansancio.




  • Vamos, que se hace tarde _ me dijiste. Pero yo me quedé mirando el mar,con el hastío de un pecado triste, pues no hay nada más triste que un pecado vulgar.




  • Las naturalezas inferiores repugnan el merecido castigo; las medianas se resignan a él; las superiores lo invocan.




  • Precisamente quería prevenirle contra el pecado del perdón.




  • Nuestras virtudes están hechas por el amor y nuestros pecados son causados ​​por la falta de él.




  • Cuando un hombre descubre sus faltas, Dios las cubre. Cuando un hombre las esconde, Dios las descubre. Cuando un hombre las reconoce, Dios las olvida




  • Hay un remedio para las culpas, reconocerlas.




  • Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos.




  • El amor sin pecado es como el huevo sin sal.




  • No pequen permitiendo que el enojo los controle. Medítenlo cuando por la noche vayan a descansar.




  • Los delitos llevan a las espaldas el castigo.




  • Todo lo bueno, o es pecado, o engorda.




  • Cualquier concepto de la gracia que nos haga sentir más cómodos pecando no es la gracia bíblica. La gracia de Dios nunca nos anima a vivir en el pecado, al contrario, nos capacita para decir no al pecado y sí a la verdad.




  • Tenemos que reconocer que el pecado es un hecho, no un defecto; el pecado es un motín contra Dios. Si el pecado gobierna en mí, la vida de Dios en mí morirá; si Dios gobierna en mí, el pecado en mí morirá.




  • ¿Necesidad? Palabra cómoda con que el culpable se quita de encima la culpa, para arrojar en el vacío toda soberbia y traición.




  • El pecado tiene muchas herramientas, pero la mentira es el mango que se adapta a todas.




  • Unos se levantan por el pecado y otros por la virtud caen.




  • El pecado y la virtud son un juego de resistencia que jugamos con Dios en sus esfuerzos por llevarnos hacia la perfección. El sentido de la virtud nos ayuda a apreciar nuestros pecados en secreto.




  • El pecado siempre encuentra su raíz en nuestros propios deseos egoístas y en la autogratificación.




  • Es peligrosamente fácil tener una sorprendente simpatía por la verdad de Dios y permanecer en el pecado.




  • He cometido el peor pecado que uno puede cometer, no he sido feliz.




  • Un amor que pregunta, si es virtud o es pecado, la fuerza que lo agita, eso es el amor soñado.




  • El que cae en pecado es un hombre; que se aflige por ello, es un santo; que se jacta de ello, es un demonio.




  • Si no te quebranta La Palabra de Dios te quebrantará el pecado, la diferencia es que La Palabra te consuela, el pecado te destruye.




  • No existe para el hombre más que una verdadera desdicha: incurrir en falta y tener motivo de censura contra sí.