Frases de Paisajes

Tengo cierto cariño por aquel momento cuando el paisaje se torna surreal.

Los paisajes han creado la mejor mitad de mi alma.

La influencia de un bello paisaje, la presencia de las montañas, apacigua lo que nos irrita y acrecienta nuestras amistades.

No hay nada en que las aves no difieran más del hombre que la manera en la que construyen, y aun así dejan el paisaje como estaba antes.

Viajamos para ver la belleza de las almas en nuevos paisajes.

El paisaje se vuelve humano, se convierte en un ser viviente y pensante dentro de mí. Me vuelvo uno con mi pintura… nos fusionamos en un caos iridiscente.

Todos los edificios tienen un efecto tanto psicológico, así como meramente visual sobre el paisaje.

Deja que tu corazón viaje ligero. Porque lo que traigas contigo se convierte en parte del paisaje.

Cuando elementos extraños le dan forma al paisaje, entonces obtenemos la ficción.

Dios nunca hizo un paisaje feo. Todo sobre lo que brilla el sol es hermoso, mientras sea salvaje.

Algunas colinas se encuentran tan solo a centímetros de distancia de convertirse en montañas.

Un paisaje nunca es reductible a su realidad física; la transformación de un país en paisaje supone siempre una metamorfosis, una metafísica, entendida en sentido dinámico.

Si no escalas la montaña jamás podrás disfrutar del paisaje.

Las montañas son el principio y el fin de todos los paisajes naturales.

Toda la jardinería es paisajismo.

Caminar es mi principal método de relajación. No me pongo a analizar ni a tratar de resolver los problemas del mundo. Tan solo disfruto de los paisajes y de la vida salvaje.

Nosotros somos un paisaje de todo lo que hemos visto.

El más hermoso paisaje no puede captar mi atención fascinada como la naturaleza que se encuentra al lado de la costa, y de todo lo que esté conectado con agua.

Los paisajes son realidades vivientes en continua transformación: lugares de la totalidad de la existencia, proyectos del mundo humano, fuentes de creatividad y de modificaciones.

La persona que es verdaderamente feliz es aquella que puede disfrutar del paisaje, incluso cuando tiene que tomar un desvío.

La amplitud del cielo, la movilidad de las nubes, los colores cambiantes del mar, el centelleo de los faros, son un prisma apropiado para distraer los ojos sin cansarlos jamás.

Si el conjunto de árboles, de montañas, de aguas y de casas que llamamos un paisaje es bello, no es por sí mismo, sino por mí, por mi gracia propia, por la idea o el sentimiento que le dedico.

El paisaje no tiene un lenguaje y la luz no tiene una gramática, y en cambio millones de libros intentan explicarlos.

El golf es bueno, implica que respiraré aire fresco, me ejercitaré, alejaré mi mente del trabajo y veré algunos de los paisajes del lugar que estoy visitando.

La primera condición del paisaje es su capacidad de decir casi todo sin una sola palabra.

Al caminar por un largo periodo de tiempo en un ambiente, los paisajes comienzan a influenciar en tu humor, y conforme los paisajes cambian, también en tus sentimientos.

Un optimista es aquel que es forzado a subir a un árbol porque un león le persigue, pero que disfruta del paisaje.

El disfrute de un paisaje es emocionante.

Vivo en un paisaje, por lo que cada día de mi vida es enriquecedor.

Las prímulas y los paisajes tienen un grave inconveniente: son gratuitos.

El paisaje será visto como el fiel reflejo del alma de un país.

El lago y las montañas se han convertido en mi paisaje, en mi mundo real.

Sentía que mis pulmones se inflaban con la avalancha de paisajes: cielo, montañas, árboles, personas. Pensé: “esto es ser feliz”.

La más importante relación entre las personas y el paisaje no es estar en él, sino dejar que el paisaje esté dentro de ti.

El paisaje, por lo tanto, puede interpretarse como un dinámico código de símbolos que nos habla de la cultura del pasado, de su presente y también de su futuro.

Lo que a mí me interesan son los paisajes. Fotografías sin personas. No me sorprendería si eventualmente ya no se ven personas en mis fotos. Es algo muy emotivo.

Fotografiar paisajes es la prueba suprema del fotógrafo y, frecuentemente, su decepción más grande.

Un paisaje de montaña necesita siglos para ofrecer pastizales, brañas, bosques, manantiales a la falda de las calizas…, y mujeres y hombres generosos.

Conduce lento y disfruta del paisaje; conduce rápido te unirás al paisaje.

La misión de mi trabajo como fotógrafo es la de documentar especies en peligro y paisajes, para mostrarle a la gente un mundo que valga la pena salvar.