Frases de Persuasión
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Si han de creer lo que dices, igualmente te creerán sin jurar que jurando, y si no han de creerte, cuanto más jures más se alejarán de ti.
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Nuestro cerebro se resiste a cambiar la imagen que tiene del mundo, por eso es tan difÃcil convencer a la gente de que está equivocada.
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La aparición de la fuerza inclina a la desconfianza. Si deseas convencerme, suelta el palo, y si alzas el palo, sobran los discursos. Con las armas no se afirma la realidad: se la viola.
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En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón.
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El fin de la oratoria no es otro que persuadir al auditorio; y tú sabes que un gran paso para llegar a esta persuasión consiste en saber agradar a la gente.
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Los hombres son más elocuentes que las mujeres, pero las mujeres tienen más fuerza para persuadir.
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Para los hombres nada hay tan persuasivo como el éxito; de grado se inclinan a la fortuna y a la gloria.
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¡Qué fácil de persuadirquien tiene amor suele ser! Y ¡qué fácil en creerel que no sabe mentir!
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Nada hay tan elocuente como las lágrimas de una mujer; con su debilidad es capaz de avasallarlo todo; el que se presta a escuchar, cerca está de atenderla.
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Son las palabras y las fórmulas, más bien que la razón, las que crean la mayorÃa de nuestras opiniones.
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Aquellos a quienes obligáis y constreñÃs a alguna cosa, os aborrecen como si les privarais de algo; aquellos a quienes persuadÃs, os aman como bienhechores.
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Podemos convencer a los demás con nuestras propias razones; pero nunca nos persuadiremos sino con las suyas.
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Ordinariamente nos convencen más aquellas razones que nosotros mismos encontramos, que las que proceden de otros.
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Es muy difÃcil empeño, ciudadanos, querer persuadir con discursos al vientre que carece de oÃdos.
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No hay palanca más poderosa que una creencia para mover las multitudes humanas; no en vano se dice que la religión liga y aprieta a los hombres.
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Quien alberga la verdad en su corazón no debe temer que le falte a su lengua fuerza de persuasión.
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La superioridad fÃsica era una cualidad ridÃcula comparada con la capacidad de influir en las convicciones.
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