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Frases de Elocuencia

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  • La magia del lenguaje es el más peligroso de los encantos.




  • Lo que más caracteriza la oratoria, y la distingue esencialmente de la poesía, es la subordinación del pensamiento y de la palabra a un fin práctico.




  • El fin de la oratoria no es otro que persuadir al auditorio; y tú sabes que un gran paso para llegar a esta persuasión consiste en saber agradar a la gente.




  • Hablar oscuramente lo sabe hacer cualquiera; con claridad, muy pocos.




  • Mi propia elocuencia me embriagó.




  • El objeto de la oratoria no es precisamente la verdad, sino la persuasión.




  • Lo que falta a los oradores en profundidad os lo dan en longitud.




  • Los discursos sin contradictor en realidad no son discursos sino sermones; sermonear es más fácil que discutir, porque es sólo dogmatizar.




  • Tanto más elocuente era yo, cuanto menos sincero.




  • Los hombres son más elocuentes que las mujeres, pero las mujeres tienen más fuerza para persuadir.




  • Hay ciertas cosas en las que la mediocridad es intolerable: la poesía, la música, la pintura, la oratoria.




  • No hay razón más elocuente que el hablar lo necesario.




  • En nuestros días son muy buscados aquellos hombres que saben hacer aparecer como bueno lo malo.




  • El principal recurso del orador político no son las pruebas ni los argumentos, como en un juicio o en una conferencia, sino las emociones.




  • Adquiere más fuerza la descripción cuando todos los verbos están en tiempopresente, como si los hechos transcurrieran ante nosotros.




  • El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el que le corrompe con dinero.




  • La elocuencia es una pintura del pensamiento, y por esto los que después de haber pintado añaden algo más, hacen un cuadro en lugar de un retrato.




  • La verdadera elocuencia consiste en no decir más de lo que es preciso.




  • Los dialécticos y los sofistas, en sus disquisiciones, se revisten de la apariencia de filósofos.




  • La naturaleza vuelve a los hombres elocuentes en las grandes pasiones y en los grandes intereses.




  • Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca.




  • No hay mejor predicador que la hormiga, que no dice nada.




  • El verdadero significado de las cosas se encuentra al tratar de decir las mismas cosas con otras palabras.




  • Era hábil con las palabras, casi tanto como con su cuerpo desnudo.




  • Debe hipnotizar a su audiencia con emociones, no es tan importante lo que diga, sino cómo lo diga.