Frases de William Shakespeare

¿Si nos pinchan no sangramos? ¿Si nos hacen cosquillas no reÃmos? ¿Si nos envenenan no morimos? ¿Y si nos injurian no debemos vengarnos?
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte, los valientes gustan de la muerte una única vez.
Nunca juegues con los sentimientos de otros, porque podrÃas ganar la partida, pero el es que seguramente pierdas a la persona de por vida.
Duda que las estrellas sean de fuego, duda de que el sol se mueva. Duda que la verdad sea mentira, pero nunca dudes de mi amor
Es en nosotros mismos que somos de una forma u otra. Nuestros cuerpos son nuestros jardines en los cuales nuestras voluntades son sus jardineros.
La unión de dos almas sinceras no admite impedimentos. El amor no se transforma con el cambio o se aleja con la distancia.
Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte, mientras que el valiente prueba el sabor de la muerte una sola vez.
¿No puedes… borrar las angustias grabadas en el cerebro y, con un dulce antÃdoto de olvido, arrojar de su seno oprimido las peligrosas materias que pesan sobre el corazón?
Un amigo es aquel que te conoce como eres, entiende dónde has estado, acepta en lo que te has convertido y, sin embargo, gentilmente te permite crecer.
Los amigos que tienes y cuya amistad has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero.
El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad.
El que se enorgullece se come a sà mismo: el orgullo es su propio vaso, su propia trompeta, su propia crónica.
Si el hombre fuera constante, serÃa perfecto. Si se quiere ascender por cuestas empinadas, es necesario al principio andar despacio.
El trabajo en que hallamos placer, cura la pena que causa. Si todo el año fuera fiesta, el deporte serÃa tan tedioso como el trabajo.
Si yo hubiera servido a mi Dios con la mitad del celo que a mi rey, no me hubiera dejado, a mis años, desnudo en medio de mis enemigos.
Vale más permanecer inactivo que conquistarse un renombre brillante en ausencia del jefe a quien servimos.
La venganza está en mi corazón, la muerte en mi mano, la sangre y la venganza están golpeando mi cabeza.
Cuando lo guÃo, me elevo, soy como un halcón. Trota el aire, la tierra canta cuando la toca y el cuerno más bajo de su casco es más musical que la pipa de Hermes.
Para tu propio ser verdadero, y debe seguir, como la noche al dÃa, tú no podrás ser falso con nadie.
No hay quien sea enteramente inaccesible a la adulación, porque el hombre mismo que manifieste aborrecerla, en alabándole de esto es adulado con placer suyo.
¡Buenas noches, buenas noches! La separación es tal dolor dulce, que solo diré buenas noches hasta el mañana.
Buenas noches, buenas noches! Separación es tal dolor dulce, eso que diré que las buenas noches hasta él estén morrow.
Hay una marea en los asuntos de los hombres, que tomada en pleamar, conduce a la fortuna. Pero, omitida, todo el viaje de su vida está ligada en escollos y desgracias. En un mar lleno estamos ahora a flote. Y debemos aprovechar la corriente cuando sirve, o perder nuestro cargamento.
Todo el mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres meros actores: Tienen sus salidas y sus entradas, y un hombre en su tiempo juega muchas partes, sus actos es siete edades.
Si hacer fuera tan fácil como saber lo que era bueno para hacer, capillas habÃan sido iglesias y palacios de los hombres pobres cabaña prÃncipes.
Los hombres son de abril cuando cortejan, de diciembre, cuando se casaron. Las camareras son mayo, cuando son criadas, pero el cielo cambia cuando son esposas.
Si estamos marcados para morir, somos suficientes para hacer nuestra pérdida paÃs, y si para vivir, menos los hombres, la mayor parte de honor.