Frases de Voltaire

Fue un partidario abierto de la reforma social a pesar de las leyes de censura estrictas y castigos severos para los que rompen.

La fe consiste en creer cuando creer está más allá del poder de la razón.
El sentido común no es tan común.
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.
El verdadero valor consiste en saber sufrir.
Ser bueno solamente consigo mismo es ser bueno para nada.
Decimos una necedad y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola.
Piensa por ti mismo y deja a otros que también disfruten de ese privilegio.
Hay que leer, hay que bailar, esas cosas nunca le harán daño al mundo.
El orgullo de los humildes consiste en hablar siempre de sí mismos; el orgullo de los grandes, en no hablar de sí nunca.
En la risa hay siempre una especie de alegría que es incompatible con el desprecio o la indignación.
Alguien inteligente aprende de la experiencia de los demás.
Los celos cuando son furiosos, producen más crímenes que el interés y la ambición.
Las falsedades no sólo se oponen a la verdad, sino que a menudo se contradicen entre sí.
No siempre podemos agradar, pero siempre podemos tratar de ser agradables.
No es la desigualdad la verdadera desgracia, es la dependencia.
El tiempo, que es el único que hace la reputación de los hombres, acaba por hacer respetables sus defectos.
Nunca he hecho más que una oración a Dios, una muy corta: Oh Señor, haz que mis enemigos sean ridículos. Y Dios lo concedió.
La originalidad no es más que una imitación juiciosa.
El azar es una palabra sin sentido; nada puede existir sin una causa.
Dondequiera que me lleven mis viajes, el paraíso es donde estoy.
Todos se extravían, pero los menos imprudentes son los que se arrepienten antes.
Es difícil liberar a los necios de las cadenas a las que reverencian.
La primera ley natural debería ser ésta: perdonarnos mutuamente nuestras tonterías.
La belleza complace a los ojos; la dulzura encadena el alma.
Dios nos dio el regalo de la vida; depende de nosotros darnos el regalo de vivir bien.
Si Dios nos creó a su propia imagen, tenemos más de reciprocidad.
La belleza agrada solo a los ojos; La dulzura de la disposición encanta al alma.
La injusticia al final produce independencia.
Los hombres usan el pensamiento solo como autoridad para su injusticia, y emplean el habla solo para ocultar sus pensamientos.
El divorcio es probablemente de la misma fecha que el matrimonio. Sin embargo, creo que el matrimonio es algunas semanas más antiguo.
Nunca vivimos; siempre esperamos vivir.
La perfección se alcanza por grados lentos; requiere la mano del tiempo.
El fanatismo es superstición de lo que es el delirio a la fiebre y furia a la ira.
El monstruo, el fanatismo, todavía existe, y quien busque la verdad correrá el riesgo de ser perseguido.
El verdadero triunfo de la razón es que nos permite llevarnos bien con quienes no la poseen.
Por agradecimiento, hacemos de la excelencia en los demás nuestra propia propiedad.
La mejor manera de llegar a ser aburrido es decirlo todo.
En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra.
Un gran secreto del goce de la vida consiste en abandonar el placer, manteniendo así la posibilidad de volverlo a gozar.
Las lenguas siempre tienen veneno que propagar.