Frases de Surf

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El surf se parece mucho a hacer el amor, siempre te hace sentir bien, no importa las veces que lo hayas hecho.
No te preocupes, hay millones de olas ahí afuera. Tómate tu tiempo y tu ola llegará.
Vive para surfear, surfea para vivir.
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El surf es como la mafia, una vez que estás dentro ya no puedes salir.

Entra y lucha con el mar; mueve tus talones con la habilidad y el poder que residen en ti, golpea a los rompientes del mar.
Puedes sacar a un surfista de las olas, pero no puedes sacar las olas del surfista.
Me he comprometido a surfear por el resto de mi vida.
Amo la sensación del aire fresco y el agua salada.
Hacer surf para mí es como tocar música. Tocas diferentes melodías con diferentes instrumentos.
El surf es uno de los pocos deportes en los que hay que mirar hacia adelante para ver lo que hay detrás.
El surf es para toda la vida.

Si la vida te trae olas difíciles, surféalas.
El mayor pecado en el mundo sería saber que he perdido mi amor por el mar.
Una gran ola es como una mujer hermosa, emocionante de ver y emocionante de montar.
La espuma es tu amiga. No tengas miedo de eso. Un poco de espuma de mar extra aquí y allá es bueno para el alma y para surfear.
Las olas son juguetes de Dios.

Me lancé a una ola, bajé por el costado, salí por el otro extremo, me fui y me dije... ¡todavía estoy vivo!
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Una de las mejores cosas del surfing es que solo necesitas tres cosas: tu cuerpo, una tabla de surf y una ola.
Surfeo para broncearme.
Una caída es un accidente, dos es algo grosero, tres es un delito que puede ser procesado.
El surf es como la religión: se practica y se predica.
Surfear es una de las más bellas experiencias de este planeta... es un trozo de paraíso.
Mira, ¿acaso todas las olas se mueven porque una sola empieza a moverse? No. Simplemente se mueven todas a un tiempo.

Muchos viajan para surfear, yo surfeo para viajar.
Nunca conduzcas lejos del buen surf.
Quien juega con los límites descubre que a veces los límites te la devuelven.
Si tienes un mal día, coge una ola.
Solo soy un surfista que quería crear algo que me permitiera surfear durante más tiempo.
El único que puede susurrarte los caminos del surf es el viento.
Gracias a Dios por unas pocas olas gratis.
Surfear es casi una forma de volar.
En el surf, entre las olas gigantes, uno siempre se siente obligado a firmar pactos con la muerte, o al menos a contemplar la posibilidad de morir.
No puedes detener las olas, pero sí puedes aprender a surfear.
La idea de nuevos deportes acuáticos o de nuevas técnicas surfistas nacía con frecuencia del deseo de huir de la monotonía.

Las olas del mar son las que me ayudan a volver a mí.
El surf me calma, siempre ha sido una especie de experiencia Zen para mí. El océano es tan magnífico, tranquilo e impresionante.
Las olas no se miden en pies y pulgadas, se miden en incrementos de miedo.
Dios, si he de morir, solo un favor te pido, que sea en la ola más bella que nos hayas dado y nunca me alejes del mar.
El resto del mundo desaparece para mí cuando estoy en una ola.