Frases de Samuel Butler

Fue un escritor, compositor y filólogo inglés.

Es mejor haber amado y haberlo perdido, que nunca haber amado del todo.
El servicio más importante prestado por la prensa y las revistas, es educar a las personas para que se acerquen al material impreso con desconfianza.
Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar.
Todos los animales, excepto el hombre, saben que el asunto principal de la vida es disfrutarla.
La amistad es como el dinero; es más fácil hacerlo que mantenerlo.
Memoria y olvido son como la vida y la muerte. Vivir es recordar y recordar es vivir. Morir es olvidar y olvidar es morir.
Dios no puede alterar el pasado, aunque los historiadores si pueden.
El otoño es la estación más dulce, y las flores que perdemos las ganamos en frutos.
El placer de un perro es que usted puede hacer el ridículo con él y no sólo él no le regañe, pero él hará el ridículo también.
Obra de cada uno, ya sea en la literatura, la música o las imágenes o la arquitectura o cualquier otra cosa, siempre es un retrato de sí mismo.
Todo progreso está basado en el deseo universal e innato por parte de cada organismo de vivir por encima de sus posibilidades.
Todo el progreso se basa en un deseo innato universal, por parte de cada organismo de vivir más allá de sus ingresos.
No hay verdadera gracia que no se personificó la bondad.
Una sanguijuela hábil es mejor ahora, de medio centenar de hombres de guerra.
Las máquinas evolucionan y se reproducen a velocidad prodigiosa. Si no les declaramos la guerra muerte será demasiado tarde para resistirse a su dominio.
Si persigues la razón lo suficientemente lejos, siempre guía a conclusiones que son contrarias a la razón.
La lógica es como la espada, quienes apelan a ella, perecerán por ella.
Mucha gente no puede ni emanciparse, es decir, no puede ni darse cuenta de la esclavitud en que le mantiene las ideas en medio de las cuales se ha educado.
Los verdaderos caracteres de la ignorancia son la vanidad, el orgullo y la arrogancia.
Aunque la analogía es a menudo engañosa, es lo menos engañosa que tenemos.
Los juramentos son sólo palabras, y las palabras sólo son viento.
La poesía es como la metafísica. A uno le gusto la de uno, pero no le gusta la de otra persona.
La amistad es como el dinero, más fácil de hacer que de mantener.
Si en el mundo no hubiera más tontos que pícaros, los pícaros no tendrían de quién aprovecharse para vivir.
Las personas siempre son una buena compañía cuando hacen lo que realmente disfrutan.
Un ciego sabe que no puede ver y se alegra de ser guiado, aunque sea por un perro; pero el que es ciego en su comprensión, que es la peor ceguera de todas, cree que lo ve como el mejor y desprecia una guía.
Agradezcamos al espejo por revelarnos nuestra apariencia solamente.
Un noble degenerado, o uno que está orgulloso de su nacimiento, es como un nabo: no hay nada bueno de él sino lo que está bajo tierra.
El mejor mentiroso es el que hace que la menor cantidad de mentiras sea lo más largo posible.
Los juramentos son palabras y las palabras viento.
No hay error más común y más fatuo que apelar a la lógica en los casos que están fuera de su jurisdicción.
La gente tiene buena suerte o mala suerte no según lo que consiguen absolutamente, sino de acuerdo a la relación entre lo que obtienen y lo que esperaban recibir.
La mitad de los vicios que el mundo condena en voz alta tienen semillas de bien y requieren un uso moderado en lugar de la abstinencia total.
Aunque la sabiduría no puede adquirirse con oro, menos todavía puede adquirirse sin él.