Frases de Resignación

Qué mayor placer que saber lo que vendrá y poder esperarlo con la dignidad que solo nos puede dar la piadosa resignación.

Nada de esto está en tus manos. Lo veas desde el punto de vista en que lo veas, no tienes el poder de resistirte. Ya fue decidido.

Suspiró como cuando sabes que algo malo va a pasar, pero esperas que no pase, sin embargo, pasa de todas formas y te das cuenta de que siempre supiste que iba a pasar y de que fuiste un idiota por creer que podrías evitarlo.

Por favor acepte mi resignación. No quiero pertenecer a ningún club que me acepte como miembro.

Resignarse es colocar a Dios entre el dolor y uno mismo.

Nunca dije que sería fácil. Renunciar es fácil.

Resignarse a tiempo es mejor que terminar dañado por intentarlo demasiado.

La vida tiene que comenzar en la oscuridad, sus poderes de germinación yacen escondidos. Cada día tiene su noche, cada luz tiene su oscuridad.

No me pidan que acepte estas sombras con gusto. Es suficiente con que las acepte.

Para poder resignarse es necesario tener carácter.

La resignación, renunciando a toda esperanza, es un consuelo parecido a la muerte, y por eso es un gran consuelo.

Ningún pueblo cree en su gobierno. A lo sumo, los pueblos están resignados.

La aceptación no significa resignación. Significa entender que algo es lo que es y que tiene que haber un camino a través de él.

Lo importante no es curarse, sino vivir con sus males.

Todos nos resignamos a la muerte. Es a la vida a lo que no nos resignamos.

Con la resignación se inicia un posible proceso de renovación, que limpia las raíces de las cosas.

Me estoy acostumbrando al hecho de que me olvides.

Resígante a las cosas que no aportan nada a tu vida, pero persevera en las importantes

Los dioses destruyen a quienes destacan. Sé pequeño y escaparás de los celos de los grandes.

La aceptación de la vida no tiene nada que ver con la resignación. No significa huir de la lucha.

Saber que hay una historia mejor para tu vida y elegir algo diferente es como elegir morir.

Si la política fuera solo el arte de lo posible sería el arte de la resignación.

La manera positiva del conformarse se llama aceptación y la manera negativa se llama resignación.

Todo el mundo tiene su resignación en el bolsillo.

El mundo gira y así son las cosas. Uno puede resignarse y girar con él o levantarse para protestar y seguir girando de todos modos.

La paciencia es pasiva, la resignación es activa.

Los que no esperan regalos de la oportunidad, han conquistado el destino.

Sabía que había llegado el momento de matar el pasado y volver a la vida.

Como era su destino, aceptó el mundo de hielo, brillante, parpadeante, muerto. Se resignó al triunfo de los glaciares y a la muerte del mundo.

Resígnate a un amor que te hace daño si quieres una relación que te haga ilusión.

La aceptación abre la puerta de la esperanza, mientras que la resignación la cierra.

Una renuncia es un acto grave, nunca realizado por un hombre de mente recta sin previo aviso o con reserva.

La esperanza duele terriblemente cuando atraviesa la resignación en la que has vivido durante días.

Así como la tierra soporta al hombre que la cava, soportar a aquellos que hablan mal de uno es una cualidad respetable.

Algunos líderes políticos comenten grandes errores y no renuncian. Otros comenten errores pequeños y renuncian inmediatamente. Los que tienen honor escogen la vía honorable: la renuncia.

Si renuncias una vez, se vuelve un hábito. Nunca renuncies.

Debo reconocer, sin miedo a dramatizar, que me parece muy atractivo lo inevitable, es decir, lo que estoy seguro de que va a ocurrir.

Se hace ligera la carga que se sabe llevar bien.

A lo que no puede ser, los hombros encoger.

No todo puede pasar, a gusto de nuestro paladar.