Frases de Ramón de Campoamor

Tened miedo de aquellas que eclipsan, siendo feas, a las bellas.

Nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira.

Velas de amor en golfos de ternura vuela mi pobre corazón al viento y encuentra, en lo que alcanza, su tormento, y espera, en lo que no halla, su ventura.

Murió del todo, pues murió olvidado.

No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo que sería?

Ten paciencia, corazón, que es mejor, a lo que veo, deseo sin posesión, que posesión sin deseo.

Todo en amor es triste, mas, triste y todo, es lo mejor que existe.

La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se debe.

Y es que en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira.

La vida es dulce o amarga; es corta o larga. ¿Qué importa? El que la goza la halla corta, y el que la sufre la halla larga.

La amistad es un amor que no se comunica por los sentidos.

Las preocupaciones se pierden con el tiempo.

Es propio del amor si es verdadero, compendiar en un ser el mundo entero.

Es mi fe tan cumplida que adoro a Dios, aunque me dio la vida.

Mi querida más fiel fue la esperanza que me suele engañar y no me deja.

Saben bien los amantes instruidos que quiere decir "sí" tres "no" seguidos.

Les falta algo de amor a los amores que no son un infierno de dolores.

Yo voy a ti como va sorbido al mar ese río.

La ambición más legítima y más pura para subir se arrastra hacia la altura.

En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira.

Verdugos de hoy, reos serán mañana, pues el reo de ayer, es hoy verdugo.

Te pintaré en un cantar la rueda de la existencia: pecar, hacer penitencia y luego vuelta a empezar.

Le eres fiel, mas ya cuenta cierta historia; que entre él y tú se acuesta una memoria.

Llorar de placer se suele, y es que en nuestro corazón hay siempre una vibración que, aun con el placer, nos duele.

No hay sabio a quien no engañe cualquier necia.

Que es de cuantos tormentos he sufrido, la ausencia el más atroz.

Ausencia: Bálsamo que cura males de amor.

Te sueles confesar con tu concienciay te absuelves después sin penitencia.

La conciencia a los culpados ahorca tan pronto y bien,que hay muy pocos que no estén dentro de su pecho ahorcados.