Frases de Miguel de Unamuno

Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende

Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que será.

La verdadera universidad popular española han sido el café y la plaza pública.

A veces, el silencio es la peor mentira.

Espera, que sólo el que espera vive. Pero teme el día en que se te conviertan en recuerdo las esperanzas.

El amor es el hijo de la ilusión y el padre de la desilusión.

La palabra sabia es aquella que, dicha a un niño, se entiende siempre aunque no se explique.

Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas.

Vuelve hacia atrás la vista, caminante, / verás lo que te queda de camino.

Hay algo de dulce y sosegador, y sobre todo de sabio, en eso que los hombres del mundo llaman aburrirse.

La vida es duda, y la fe sin la duda es sólo muerte.

Sólo espero de los que ignoran, pero no se resignan a ignorar; de los que luchan sin descanso por la verdad y ponen su vida en la lucha misma más que en la victoria.

La única forma de dar finalidad al mundo es darle conciencia.

La conciencia surge de las oposiciones.

El pensamiento de morir y el enigma de lo que habrá después, es el latir de mi conciencia.

Quien deja de palparse el alma, no sabe dónde la tiene.

Venceréis porque tenéis fuerza bruta de sobra; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha.

Siempre me han aburrido y repugnado las corridas de toros.

La libertad es un bien común y, mientras no participen Todos de ella, no serán libres los que se creen tales.

Es una ciencia divina la ciencia de la ignorancia; es más que ciencia, es sabiduría.

Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos.

Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.

La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.

Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. y la vida es esto, la niebla. La vida es una nebulosa.”

Muchas veces nos pesa la sinceridad de sopetón y explosiva.

Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.

La visión de su vecino es cierto tanto para él como su propia visión es verdad para ti.

El escritor sólo puede interesar a la humanidad cuando en sus obras se interesa por la humanidad.

El progreso consiste en renovarse.

El hombre muere de frío, no de oscuridad.

Yo por mí soy nada, verdadera nada; cuanto hay en mí de ser es divino, de Dios cuanto de ser tengo. Y abandonado de Dios sentiré mi propia nada, y esta eterna visión de mi nada sería eterno tormento, muerte eterna.

Refinada soberbia es abstenerse de obrar por no exponernos a la crítica.

La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante.

El cielo de la fama no es muy grande, y cuántos más en él entren a menos tocan cada uno de ellos.

Es débil porque no ha dudado bastante y ha querido llegar a conclusiones.

El sufrimiento es la sustancia de la vida y la raíz de la personalidad, por eso solo el sufrimiento nos convierte en personas.

El arte destila sensaciones y las encarna con un significado realzado.

El dolor es la sustancia de la vida y la raíz de la personalidad, porque sólo el sufrimiento es una persona.

Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.

Me gusta esta costumbre de la rúbrica por lo inútil.