Frases de Max Lucado
Es un escritor cristiano.
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Para el que es amado, una palabra de cariño es un buen bocado. Pero para el que necesita amor, una palabra de cariño puede ser todo un festÃn.
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Amor, alegrÃa, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y autocontrol. A estos, me comprometo en este dÃa.
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El temor crea una especie de amnesia espiritual. Embota nuestra memoria de los milagros. Nos hace olvidar lo que Jesús ha hecho y lo bueno que es Dios.
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Compasión en las iglesias evangélicas está fuera de balance. Cuando hablo de ello, tengo un montón de expresiones acristalamiento.
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Durante años pensé que mi tarea o asignación de la Iglesia era articular el Evangelio y nada más. Ahora creo que si no apoyamos la expresión verbal del Evangelio con la demostración fÃsica de la compasión, no estamos imitando a Jesús.
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Hay algo acerca de la compasión que hace la sociedad para decir: "Vamos a llevar a esta persona en serio." Tome la Madre Teresa. Ella era de confrontación sobre el aborto, pero ella no fue rechazado por la sociedad.
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Sabes que la gente acaba de asumir, 'Bueno, toda mi vida voy a ser un angustiado. Eso no tiene que ser verdad. Hay una manera de beber de la presencia de Dios tanto que la preocupación comienza a disiparse.
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Mis primeros encuentros con la fe se produjo cuando yo era un boy scout, alrededor de 14 o 15. Tomé la deducción lógica de que operan de la misma manera; Invité a mi fe como ganar una medalla al mérito, y todo lo relacionado con el cristianismo iba ganando medallas al mérito.
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Una temporada de sufrimiento es una pequeña asignación en comparación con la recompensa. En lugar de envidiar su problema, explorarlo. Ponder ella. Y, sobre todo, lo utilizan. Se usa para la gloria de Dios.
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Dios va a usar lo que quiera mostrar su gloria. Cielo y las estrellas. Historia y naciones. Gente y problemas.
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La gloria de Dios es la gran novedad de la Biblia, y mi deseo es que serÃa todo acerca de mÃ, pero en realidad se trata de la gloria de Dios.
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Caminemos con él. Veamos cómo pasó Jesús sus últimos dÃas. Entra en la semana santa y observa. Sienta su pasión. Sienta su poder. Escuche su promesa de que la muerte no tiene poder.
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Podemos hablar de un lugar donde no hay lágrimas, ni muerte, ni miedo, ni noche; pero esos son solo los beneficios del cielo. La belleza del cielo es ver a Dios.
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Jesús atiende a su pueblo individualmente. Él personalmente se ocupa de nuestras necesidades. Todos recibimos el toque de Jesús. Experimentamos su cuidado.
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Creo que la ingratitud es el pecado original. Creo que si Adán y Eva hubieran estado agradecidos por el jardÃn del Edén que tenÃan, no habrÃan estado tan concentrados en el único árbol que no tenÃan.
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Creo que para que Dios no permita que suceda dolor en el mundo es para Él extraer el libre albedrÃo del mundo.
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Nuestras oraciones pueden ser incómodas. Nuestros intentos pueden ser débiles. Pero dado que el poder de la oración está en quien la escucha y no en quien la dice, nuestras oraciones hacen la diferencia.
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La fe no es la creencia de que Dios hará lo que tú creas. Es la creencia de que Dios hará lo que es correcto.
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No es nada mÃstico, necesariamente. No es nada secreto. Es simplemente que lo que hacemos con nuestro cuerpo lo hacemos con nuestra alma.
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Escriba las preocupaciones en la arena. Talle las victorias de ayer en piedra. Tome la piedra del pasado. Y luego seleccione.
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No veas a tus adversidades como una interrupción de la vida, sino como una preparación para vivir. Nadie dijo que el camino serÃa fácil ni que estarÃa exento de dificultades. Pero Dios usará cada tribulación para algo bueno.
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No podemos escoger si las tormentas van a venir o no. Pero sà podemos decidir dónde vamos a fijar la vista en una tormenta.
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Si ves tus tribulaciones nada más que como molestias y daños aislados, te vas a convertir en un amargado y malhumorado. Pero si las ves como una prueba usada por Dios para su gloria y tu madurez, entonces aun el incidente más insignificante adquirirá sentido y significado.
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La culpa causada por Satanás, por otro lado, produce suficiente remordimiento para esclavizarnos. No permitas que él cierre sus ataduras en ti.