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Frases Lao Tse

Frases Lao Tse

Se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china.

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  • Ser profundamente amado por alguien te da fortaleza, mientras que amar a alguien profundamente te da coraje.



  • Trata a los que son buenos con la bondad, y también trata a los que no son buenos con la bondad. Así se logra la bondad.



  • Un viaje de mil millas comienza con un simple paso.



  • La llave del éxito es el crecimiento de dimensiones superiores de conciencia en nuestra consciencia misma.



  • El silencio es una fuente de gran poder.



  • El dominio sobre otros es fortaleza. Y el dominio sobre ti mismo es poder verdadero.



  • La nieve no necesita bañarse para ponerse blanca. Tampoco necesitas hacer nada más que ser tú mismo



  • Ten paciencia. Espera hasta que el barro se asiente y el agua esté clara. Permanece inmóvil hasta que la acción correcta surja por si misma.



  • Conocer a los demás es sabiduría, conocerse a sí mismo es iluminación.



  • El que vence a los demás es fuerte. El que se vence a sí mismo es poderoso.



  • El silencio es una fuente de una gran fuerza.



  • Abraza la simplicidad, reduce el egoísmo y ten unas cuantas ilusiones.



  • Si te sientes deprimido, estás viviendo en el pasado, si te sientes ansioso, estás viviendo en el futuro. Si te sientes en paz, estás viviendo en el presente.



  • Conténtate con lo que tienes y regocíjate con las cosas tal como son. Cuando te des cuenta de que no te falta nada, el mundo entero te pertenecerá.



  • Nada es más suave o más flexible que el agua. A pesar de eso, nada se le puede resistir.



  • Un viaje de mil millas debe comenzar con un solo paso.



  • El valor de un acto se juzga por su oportunidad.



  • Tus tres mayores tesoros son la simplicidad, la paciencia y la compasión.



  • Las palabras verdaderas no son agradables, y las agradables no son verdaderas.



  • La vida es una serie de cambios naturales y espontáneos, no te resistas a ellos. Solo crea dolor. Deja que la realidad sea realidad.



  • No todos los caminos espirituales conducen a la unidad armoniosa. De hecho, la mayoría son rodeos y distracciones y no otra cosa.



  • No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás.



  • Lo blando vence a lo duro, lo débil vence a lo fuerte. Lo maleable siempre es superior a lo inamovible. Según este principio, el control de las cosas se obtiene colaborando con ellas, y la supremacía se logra mediante la adaptación.



  • Morir y no perecer, es la verdadera longevidad.



  • No hay mayor peligro que subestimar a tu oponente.



  • Cualquier largo viaje empieza con un pequeño paso.



  • Todo pasa; sólo la serenidad permanece.



  • La moderación es la mejor virtud para gobernar a los hombres y servir al cielo.



  • Una hormiga en marcha hace más que un buey durmiendo.



  • Un buen jefe militar no tiene un aspecto fiero, un buen guerrero no hace alarde de su fuerza, un hábil vencedor de su enemigo no entabla con él combate, quien sabe utilizar a los hombres se sitúa debajo de ellos. Esto se llama virtud del no-luchar. Esto se llama utilizar a los hombres, esto se llama entrar en armonía con el cielo, en ley desde la antigüedad.



  • Todo lo que sea fluido, blando y flexible superará todo lo que sea rígido y duro. Lo blando es fuerte.



  • Cuando te das cuenta de que no falta nada, el mundo entero te pertenece.



  • El que está satisfecho con su parte es rico.



  • De los mejores gobernantes, los gobernados ni siquiera notan su existencia; después vienen los que son amados y alabados, luego los que son temidos.



  • No te ocupes de rendir culto a deidades e instituciones religiosas como fuente de la verdad sutil.



  • El justo actúa no desatendiendo su propio interés; El religioso actúa para reproducir su propio interés.



  • El gobierno, con sus leyes y regulaciones más numerosas que los pelos de un buey, es un vicioso opresor del individuo, más temible que el más fiero de los tigres.



  • El camino del sabio es obrar sin combatir.



  • Si el Tao se pierde, queda la virtud; Si la virtud se pierde queda la amabilidad; Si la amabilidad se pierde, queda la justicia; Si la justicia se pierde, queda la religión.



  • El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.