Johann Wolfgang von Goethe Frases

Fue un poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán, contribuyente fundamental del Romanticismo, movimiento al que influyó profundamente.

Dejamos a un lado las cartas para no volver a leerlas, y al fin las destruimos por discreción, y así desaparece el aliento más inmediato de vida, irrecuperablemente para nosotros y para los demás.
El clasicismo es salud, el romanticismo es enfermedad.
La naturaleza es benéfica. La alabo y todas sus obras. Ella es silenciosa y sabia. Ella es astuta, pero para buenos fines. Ella me ha traído aquí y también me llevará. Puede que me regañe, pero no odiará su trabajo. Yo confío en ella.
La muerte es una mezcla de la eternidad con el tiempo; en la muerte de un buen hombre se ve la eternidad mirando a través del tiempo.
Es el extraño destino del hombre, que incluso en el mayor de los males, el miedo a lo peor sigue acechándolo.
Quien desee mantener un secreto debe ocultar el hecho de que lo posee.
No hay nada insignificante en el mundo. Todo depende del punto de vista.
El coraje es el compromiso para empezar sin tener el éxito garantizado.
Solo hay dos legados duraderos que podemos esperar dar a nuestros hijos. Una de estas son las raíces, la otra, las alas.
Tengo mucho en mí, y el sentimiento por ella lo absorbe todo; Tengo mucho, y sin ella todo se convierte en nada.
Estamos formados y moldeados por lo que amamos.
No sueñen pequeños sueños, porque no tendrán poder para mover los corazones de los hombres.
Nada es más valioso que este día.
Los talentos se nutren mejor en soledad, pero el carácter se forma mejor en las olas tormentosas del mundo.
Muchas personas no se preocupan por su dinero hasta que casi llegan al final, y otras hacen lo mismo con su tiempo.
Lo que no puedes entender, no puedes poseerlo.
Todos oyen solo lo que entiende.
El mayor problema con cada arte es el uso de la apariencia para crear una realidad más elevada.
La ingratitud es siempre un tipo de debilidad. Nunca he visto hombres inteligentes ser ingratos.
Un alma noble sola puede atraer almas nobles; y sabe solo, como vosotros, retenerlos.
Nuestras manos las abrimos por nuestra propia voluntad y las buenas moscas, que nunca podemos recordar.
La persona de intelecto analítico o crítico encuentra algo ridículo en todo. La persona de intelecto sintético o constructivo, en casi nada.
El hombre con perspicacia suficiente para admitir sus limitaciones se acerca más a la perfección.
Un gran talento encuentra su felicidad en la ejecución.
La excelencia rara vez se encuentra, rara vez se valora.
La naturaleza está siempre en acción y maldice toda negligencia.
Se predica contra muchos vicios, pero no sé de nadie que haya predicado contra el mal humor.
Y aunque yo tuviera el alma llena de las más dulces sensaciones, no sabría hacer feliz a quien en la suya no tuviera nada.
La conformidad del interlocutor nos deja indiferentes. La contradicción nos hace productivos y eficaces.
La originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si no hubiesen sido dichas por otro.
El hombre con la suficiente perspicacia para admitir sus limitaciones es el que más se acerca a la perfección.
El día es infinitamente largo para el que sabe cómo apreciarlo y emplearlo.
Porque esa es la propiedad de la atención plena, que convierte la nada en el todo en ese instante.
Es muy fácil recordar a alguien que nos debe agradecimiento. ¿Pero cuántas veces seremos capaces de reconocer a alguien a quien debemos agradecer sin pensarlo?
La infelicidad máxima, como la felicidad máxima, modifica el aspecto de todas las cosas.
Los talentos se nutren mejor en la soledad, pero el carácter se forma mejor en las tempestuosas olas del mundo.
Puedes juzgar fácilmente el carácter de un hombre por la forma en que trata a aquellos que no pueden hacer nada por él.
La meta más alta que el hombre puede alcanzar es el asombro.
La felicidad nace de la moderación.
Las pasiones son vicios o virtudes de sus más altos poderes.