Skip to main content

Frases de Jacinto Benavente

Frases de Jacinto Benavente

Fue un dramaturgo, director, guionista y productor de cine español.

0


  • El verdadero momento en que una mujer deja de querer a su marido no es cuando se decide a engañarlo, sino cuando él se entera del engaño, porque destruye el encanto de engañarle.



  • Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas...¿Qué valdría la vida?



  • La disciplina consiste en que un imbécil se haga obedecer por los que son más inteligentes.



  • Esperar es siempre temer.



  • A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho



  • Eso de que el dinero no da la felicidad son voces que hacen correr los ricos para que no los envidien demasiado los pobres.



  • En cuestión de árboles genealógicos es más seguro andarse por las ramas que atenerse a las raíces.



  • El mal pago añade mérito a las buenas obras.



  • La alegría de hacer bien está en sembrar, no en recoger.



  • Muchas veces para ser buenos tenemos que dejar de ser honrados.



  • No está mal una mala mentira cuando defendemos con ella una buena verdad.



  • En la pelea, se conoce al soldado; pero en la victoria, se conoce a un caballero.



  • El más noble orgullo para una mujer, por mucho que la hayas ofendido, es poder perdonar siempre, sin tener que arrepentirse.



  • La vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de borrasca; lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco.



  • La noche ha prendido sus claros diamantes en el terciopelo de un cielo estival.



  • La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe.



  • Conviene dejar al morir algunas deudas incobrables, para que alguien nos llore con sinceridad.



  • Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos.



  • Una cosa es continuar la historia y otra repetirla.



  • No hay ninguna lectura peligrosa. El mal no entra nunca por la inteligencia cuando el corazón está sano.



  • No es humano el deber que por soñar con una humanidad perfecta es inexorable con los hombres.



  • Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento.



  • En cada niño nace la humanidad.



  • No hay nada que desespere tanto como ver mal interpretados nuestros sentimientos.



  • El honor no se gana en un día para que en un día pueda perderse. Quien en una hora puede dejar de ser honrado, es que no lo fue nunca.



  • Ningún vanidoso siente celos.



  • La vanidad hace siempre traición a nuestra prudencia y aún a nuestro interés.



  • Como en las deudas, no cabe con las culpas otra honradez que pagarlas.



  • La tontería de la humanidad se renueva diariamente.



  • Tonterías son los disparates que no producen dinero.



  • La cultura es la buena educación del entendimiento.



  • Los dictadores pueden reformar las leyes; pero no las costumbres.



  • El verdadero cariño no es el que perdona nuestros defectos, sino el que no los conoce.



  • Lo peor de la ingratitud es que siempre quiere tener razón.



  • La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.



  • Deseo paciencia a los impacientes por verme desaparecer. Ya falta menos que antes.



  • Cuando alguien cumple con su deber, no debe preguntársele en nombre de qué ideal lo cumple.



  • En la vida, lo más triste, no es ser del todo desgraciado, es que nos falte muy poco para ser felices y no podamos conseguirlo.



  • Sólo temo a mis enemigos cuando empiezan a tener razón.



  • El enemigo sólo empieza a ser temible cuando empieza a tener razón.