Frases de Georges Clemenceau

Fue un médico, periodista y político francés que alcanzó el cargo de primer ministro y jefe de gobierno durante el régimen de la Tercera República Francesa.

El hombre absurdo es el que no cambia nunca.
El poder, la más completa de las servidumbres.
Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro partido. Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en nuestro partido.
No sé si la guerra es un interludio durante la paz, la paz o un interludio durante la guerra.
La vida del hombre es interesante sobre todo cuando ha fallado - Sé muy bien. Por que es una señal de que él trató de superarse a sí mismo.
Todos los cementerios están llenos de gente que se consideraba imprescindible.
Un hombre al que hay que convencer para actuar antes de actuar no es un hombre de acción. Debes actuar como respiras.
Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo.
Cuando un político muere, mucha gente acude a su entierro. Pero lo hacen para estar completamente seguros de que se encuentra de verdad bajo tierra.
Gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones.
A los hombres de carácter les gusta oír hablar de sus faltas; a los otros, no.
No hay propiamente edad de la vejez. Se es viejo cuando se comienza a actuar como viejo.