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Frases de Enrique Jardiel Poncela

Frases de Enrique Jardiel Poncela

Fue un escritor y dramaturgo español.

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  • Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia



  • El etcétera es el descanso de los sabios y la excusa de los ignorantes.



  • La dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio.



  • La sinceridad es el pasaporte de la mala educación.



  • La sinceridad la inventó uno que quería amargarle la vida al prójimo.



  • Los hombres sólo se unen con sinceridad socialmente cuando se trata de reventar a un tercero.



  • Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre.



  • La historia es la mentira encuadernada.



  • Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.



  • El amor es como la salsa mayonesa: cuando se corta, hay que tirarlo y empezar otro nuevo.



  • Suicidarse es subirse en marcha a un coche fúnebre.



  • Al teatro voy a darle un padre llamado humorismo y una madre llamada poesía, de los cuales sólo puede nacer el humorismo auténtico.



  • Ser ateo es tenerse a sí mismo por un dios.



  • El que no se atreve a ser inteligente, se hace político.



  • Si el hombre supiera divertirse no sentiría la necesidad de trabajar.



  • Hay dos maneras de conseguir la felicidad: una, hacerse el idiota; otra, serlo.



  • El pudor es un sólido que sólo se disuelve en alcohol y dinero.



  • Todos los que no tienen nada que decir hablan a gritos.



  • La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo.



  • En cuestión de arte, la opinión ajena debe escucharse siempre y no obedecerse nunca.



  • La estupidez es una asociación internacional.



  • Un poeta nunca es rotundamente sincero.



  • Al amor, al baño y a la tumba, se debe ir desnudo.



  • Se llama experiencia a una cadena de errores.



  • En la vida humana sólo unos pocos sueños se cumplen, la gran mayoría de los sueños se roncan.



  • Cuando tiene que decidir el corazón, es mejor que decida la cabeza.



  • La vida es tan amarga que abre las ganas de comer.



  • En la vida social, las conversaciones más interesantes empiezan siempre cuando tienen que concluirse.



  • La casualidad es la décima musa.



  • La verdad se parece mucho a la falta de imaginación.



  • Los muertos, por mal que lo hayan hecho, siempre salen en hombros.



  • Un buen amigo os dirá siempre la verdad: salvo en el caso de que la verdad sea agradable.



  • Los cobardes prefieren la paz a la victoria.



  • El amor es una comedia en un acto: el sexual.



  • Lo vulgar es el ronquido, lo inverosímil, el sueño. La humanidad ronca, pero el artista está en la obligación de hacerla soñar o no es artista.



  • En arte, lo verdaderamente original repugna a las masas.



  • El hombre se hace feminista cuando no sabe ya cómo agradar a las mujeres. La mujer se hace feminista cuando ya no sabe cómo agradar a los hombres.



  • Intentar definir el humorismo es como pretender atravesar una mariposa, usando a manera de alfiler un poste telegráfico.



  • Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa.



  • El hombre que se ríe de todo es que todo lo desprecia. La mujer que se ríe de todo es que sabe que tiene una dentadura bonita.