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Frases de Edmund Burke

Frases de Edmund Burke

Diputado en la Cámara de los Comunes dentro de los Old Whigs.

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  • La superstición es la religión de los espíritus débiles.



  • No deberías hacer lo que te diga un abogado, sino lo que la humanidad, razón y justicia te dicen.



  • Las malas leyes son el peor tipo de tiranía.



  • La libertad sin virtud ni sabiduría es el mayor de todos los males.



  • El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros.



  • El precoz y previsor miedo es la madre de la seguridad.



  • La ley es la seguridad del pueblo, la seguridad de cada uno de los gobernados y la seguridad de cada uno de los gobernantes. Las leyes, como las casas, se apoyan unas en otras.



  • Todo lo que se necesita para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada.



  • Lo que alguna vez desune a los hombres de Dios, también desune a los hombres de los hombres.



  • Hay un límite en que la tolerancia deja de ser virtud.



  • La tolerancia es buena para todos, o no es buena para nadie.



  • Si mandamos sobre nuestra riqueza, seremos ricos y libres. Si nuestra riqueza nos manda, seremos en realidad pobres.



  • La única cosa necesaria para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada.



  • Alguien que confunda el bien y el mal es un enemigo del bien.



  • Entre más grande es el poder, es más peligroso su abuso.



  • El amor celoso enciende su antorcha en el fuego de las furias.



  • Ninguna pasión como el miedo, le arrebata con tal eficacia a la mente la capacidad de actuar y razonar.



  • Nada es tan fatal para la religión como la indiferencia.



  • El desprecio no es algo que deba de ser odiado. Puede ser soportado con una mente calmada e imparcial.



  • La superstición es la religión de las mentes débiles.



  • Nadie cometió un error más grande que el que no hizo nada porque no podía hacer nada.



  • ¡La causa de la libertad es la causa de Dios!



  • Las personas nunca renuncian a sus libertades si no es por desilusión.



  • La libertad y no la esclavitud, es la cura de la anarquía, así como la religión, y no el ateísmo, es el verdadero antídoto de la superstición.



  • Los que no conocen la historia están destinados a repetirla.



  • Las gentes que nunca se preocupan por sus antepasados jamás mirarán hacia la posteridad.



  • El verdadero peligro es cuando la libertad se mordisca lejos, por conveniencia, y por partes.



  • En efecto, a seguir, para no forzar la inclinación público, para dar una dirección, una forma, un vestido técnica y una sanción específica, con el sentido general de la comunidad, es el verdadero fin de la legislatura.



  • Me atrevo a decir no a la guerra puede llevar mucho tiempo en contra de la voluntad del pueblo.



  • No es lo que un abogado me dice que puedo hacer, pero lo que la humanidad, la razón y la justicia me dice que debo hacer.



  • No hay más que una sola ley para todos, a saber, que la ley que rige toda ley, la ley de nuestro Creador, la ley de la humanidad, la justicia, la equidad - la ley de la naturaleza y de las naciones.



  • Si ordenamos nuestra riqueza, seremos ricos y libres, y si nuestra riqueza nos manda, somos pobres por cierto.



  • Pero la época de la caballería se ha ido. La de sofistas, economistas y calculadores ha triunfado, y la gloria de Europa se ha extinguido para siempre.



  • En una democracia, la mayoría de los ciudadanos es capaz de ejercer las opresiones más crueles de la minoría.



  • La arrogancia de edad debe presentar para ser enseñada por los jóvenes.



  • El pueblo no renuncia nunca a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión.



  • La libertad abstracta, al igual que otras simples abstracciones, no puede ser encontrada.



  • Cuando son malos los hombre, el bien debe asociarse, se caerán uno por uno, unpitied sacrificio en una lucha despreciable.



  • Hay un límite a las pasiones de los hombres cuando actúan de sentimientos, pero no cuando están bajo la influencia de la imaginación.



  • Bajo la presión de las preocupaciones y tristezas de nuestra condición mortal, los hombres tienen en todo momento y en todos los países, llamado en cierta ayuda física para sus consuelos morales - vino, cerveza, opio, brandy, o tabaco.