Frases de Don Bosco

Dios te ve.

Respeto a todos, miedo a ninguno.

Uno debe aprender a obedecer antes de poder mandar.

No te precipites juzgando las acciones de otros.

La pereza es la madre de todos los vicios.

El principio de todo vicio es la soberbia.

El descanso nunca significa pereza.

La pereza nos enseña todo tipo de vicios.

Haz el bien mientras aún tengas tiempo.

El pasado debe ser maestro del futuro.

Quien tiene paz en su conciencia, lo tiene todo

La muerte no espera a ninguno.

No hagas nada hoy de lo que te puedas avergonzar mañana.

Perdona todo a otros, pero nada a ti mismo.

Todos los ejércitos son inútiles si Dios no los asiste.

Déjate guiar por la razón y no por la pasión.

La obediencia no debe tener límites.

Donde reina la humildad, la Gracia de Dios triunfará.

Si superas la pereza, podrás superar las tentaciones contra la pureza.

Nuestro mayor enemigo es la pereza; combatámosla sin descanso.

Lo que logres de pie, agradécelo de rodillas. Lo que no consigas hablando, hazlo orando.

Templanza y trabajo son los dos mejores custodios de la virtud.

No dejes para mañana el bien que puedas hacer hoy. Quizás no haya un mañana.

Una mente holgazana es el juguete del demonio.

Tolera las imperfecciones de los demás si quieres que los demás toleren las tuyas.

Sin confianza ni amor, no puede haber una buena educación.

Recuerda, Dios no recompensa los resultados, sino el esfuerzo.

Si queréis ser amados, debéis amaros a vosotros mismos.

Hay que tener la paciencia como compañera inseparable.

De la sana educación de la juventud, depende la felicidad de las naciones.

Humildad, caridad y modestia, no pueden estar separadas la una de la otra.

Por desgracia, los padres no son siempre buenos consejeros, ya que no siempre se guían por lo que es mejor para el bienestar espiritual de su hijo.

El niño que no puede tolerar ofensas, que no puede aceptar el castigo de sus padres o superiores, aún está lejos de conocer la virtud.

Si tus padres viven en la fe, serán buenos consejeros, porque te conocerán bien, y su consejo será bueno y fiable.

El buen cristiano obedece a sus padres, sus maestros y sus superiores, porque en ellos ve a Dios.

Dios a veces castiga a los padres negligentes en esta vida y acorta los días de los niños desobedientes.

En cuanto sientas la tentación, ocúpate con algo. La pereza y la modestia nunca van juntas.

La experiencia me ha demostrado que el bienestar y la felicidad de una familia solamente están garantizados por la práctica de la religión.

¿Deseas que tus compañeros te respeten? Piensa bien sobre todo el mundo y está dispuesto a ayudar a otros. Haz esto y siempre serás feliz.

Mantente lejos de la pereza y de las personas perezosas. Lleva a cabo tus labores, ya que cuando nos dejamos llevar por la pereza estamos en peligro de pecar.