Frases de Despedida

Nunca te vayas sin decir palabras amorosas durante tu ausencia. Puede ser que no las vuelvas a decir de nuevo en esta vida.

Suspiraban lo mismo los dos y hoy son parte de una lluvia lejos, no te confundas no sirve el rencor son espasmos después del adiós.

Las frases de despedida son una forma sencilla pero significativa de expresar nuestros sentimientos hacia alguien cuando nos vamos. Estas palabras pueden ayudarnos a recordar lo importantes que son nuestras relaciones y darnos ánimos para enfrentarnos al futuro con optimismo.

Esto no es un adiós, sino un "gracias".

No hay despedidas para nosotros. Donde sea que estés, siempre estarás en mi corazón.

Te digo adiós si acaso te quiero todavía quizás no he de olvidarte… Pero te digo adiós. No sé si me quisiste… No sé si te quería o tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Estos labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación.

¿Dices que no se siente la despedida?, ¡Ay!, di al que te lo dijo que se despida.

Adios no significa siempre el final, a veces significa un nuevo comienzo.

Si acaso no vuelvo a verte, olvida que te hice sufrir, no quiero si desaparezco que nadie recuerde quien fui.

Mientras tenga dudas no puedo despedirme y avanzar.

Lo cojo de la mano con fuerza, preparándome para las cámaras y temiendo el momento en que no me quede más remedio que dejarlo marchar.

Si he aprendido algo es que sólo en la muerte nos despedimos.

¡Nunca más estaré triste! Creeré que siempre estás conmigo. Si me echas de menos, vuelve alguna vez. Incluso como el viento. ¡Vuelve como el viento!

No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.

Crecer es aprender a despedirse.

Poder decir adiós es crecer.

Un cuerpo dormido nos entrega la paz del mundo. Me voy sin hacer ruido. Te dejo en el país construido por el sueño. Al irme siento que sonríes.

El tango está lleno de despedidas.

En el momento en que lo vi de lejos, su presencia me invadió…sólo nos saludamos esa noche, entre mucha gente. Pero yo lo miré como si temiera no volverlo a ver.

Te marchas tú; verdes son los sauces, largo el camino.

Para el que parte para el que se queda dos otoños.

Los españoles no sabemos despedirnos porque para nosotros el tiempo es elástico y gratuito.

Parece que decir adiós es algo negativo, y no.

Se me va mañana; ya empecé a llorarla hoy. Qué amor tan sin amor.

Quien mucho se despide, pocas ganas tiene de irse.

El huésped dos alegrías da, una cuando viene y otra cuando se va.

Me dijo ella adiós tan dulcemente, que creí que me invitaba a volver.

Wilson quiere que le alarguemos la vida un año para que se despida de su madre. Debe ser tartamuda la pobre.

Nuestra última despedida fue triste, pero muy dulce.

Solo súbete al maldito avión y di que me extrañarás.

Las últimas palabras que me dijo, fueron: Nuestras chicas son increíbles, y tenemos que estar a la altura. Si lo piensas es la frase perfecta antes de pirarte para siempre.

No me gusta decir adiós, pero hay un viento atrás de nosotros que nos lleva por nuestras vidas.

Entre el tiempo y la eternidad hállase el puente de la separación llenando con su formidable esplendor la espantosa brecha.

Mil leguas de separación hacen casi el mismo efecto que mil años de distancia.

Los amigos se van y la memoria los lleva a sus hondas e intactas cavernas.

Los que se alejan no son los que sienten el dolor de la partida; los que sufren son los que se quedan atrás.

Las gentes dichosas ni dicen ni oyen decir nunca ¡adiós!

La nuestra es una ciudad de gente que dice adiós.

No te preocupes. Es un adiós solo por un rato. Habrá otro bote para papás. Este es para mamás y niños. Dale la mano a mamá y pórtate bien.

No dar respuesta, despedida cierta.