Frases de Despedida

No hay beso que no sea principio de despedida, incluso el de llegada.
El adiós siempre es doloroso. Prefiero un ¡hasta pronto!
No llores porque terminó, sonríe porque llegó a ocurrir.
Es hora de decir adiós, pero las despedidas son tristes y prefiero decir hola. Hola a una nueva aventura.
Si eres lo suficientemente valiente para decir adiós, la vida te recompensa con un nuevo hola.
Y al partir serán estas mis últimas palabras: Me voy, dejo mi amor detrás.
El ayer trajo el comienzo, el mañana trae el final, y en algún momento intermedio nos volvimos mejores amigos.

La historia nunca dice adiós. Lo que dice siempre es un hasta luego.
El mundo es redondo y aquél sitio que parece un final podría ser también un comienzo.
¿Quieres que conservemos una dulce memoria de este amor?... pues amémonos hoy mucho, y mañana ¡digámonos adiós!
Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.
Se necesita coraje para decir adiós. Mirar una cosa perdida y saber que se ha ido para siempre.

Nos encontraremos de nuevo, no sé dónde, no sé cuándo, pero sé que nos volveremos a encontrar algún día soleado.
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Las despedidas siempre duelen, aun cuando haga tiempo que se ansíen.
La vida me ha enseñado a decir adiós a la gente que quiero, sin sacarlos de mi corazón.
¡Adiós es una palabra bella y suave, sin embargo es algo horrible y pesado!
El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día.
Las manos que dicen adiós son pájaros que van muriendo lentamente...
Decir adiós es como morir.

Solo lo que se pierde es adquirido para siempre.
Siempre es más difícil que te dejen atrás que ser el que se va.
Quién inventó la distancia nunca sufrió el dolor de anhelo.
Tal vez parte de amar, es aprender a dejar ir.
Decir adiós crea una especie de disgusto para quien dice adiós; esto duele y sientes que no debe volver a suceder.
No son los días lo que recordamos, sino los momentos.
Los sentimientos del hombre son siempre los más puros y los más brillantes en las bienvenidas y en las despedidas.
Grande es el arte de los comienzos, pero mayor es el arte de los finales.
Te fuiste sin avisar, hoy vivo de los recuerdos felices que me dejaste.
Adiós, compadecedme y no dejéis de amarme.
¡Adiós! ¡Adiós para siempre, mi buena amiga, dulce y triste recuerdo de mi infancia!

Las dos cosas más difíciles de decir en la vida son ‘hola’ por primera vez y ‘adiós’ por última vez.
Si nos volvemos a ver, espero que sea en un mundo mejor.
¡Adiós mis amigos, yo voy a la gloria!
No más palabras. Las conocemos todas, todas las palabras que no deben ser dichas. Pero has hecho mi mundo más perfecto.
Qué suerte tengo de tener algo que me obligue a decir adiós.