Frases de D. H. Lawrence

Fue un escritor inglés, autor de novelas, cuentos, poemas, obras de teatro, ensayos, libros de viaje, pinturas, traducciones, y críticas literarias.

El dinero es nuestra locura, nuestra inmensa locura colectiva.
La ética, la igualdad y los principios de la justicia no cambian con el calendario.
Si bebemos vino, nos sorprenderán los sueños en la noche inminente.
La literatura es un trabajo duro y una trampa, una maldición que muerde profundo.
El verdadero artista no sustituye la inmoralidad de la moralidad. Por el contrario, él siempre sustituye una moralidad más fina para un burdo uno.
Las personas siempre hacen la guerra cuando dicen que aman la paz.
Loud propaganda de paz hace la guerra parecía inminente.
La gran masa de la humanidad nunca debe aprender a leer o escribir.
Cuanto más veo de la democracia, más me gusta. Apenas trae todo, hasta el mero nivel vulgar de los salarios y los precios, la luz eléctrica y retretes, y nada más.
No puedo curarme de la más lamentable de las locuras de la juventud - pensando que aquellos que se preocupan por nosotros va a cuidar de las cosas que significan mucho para nosotros.
Los hombres son más libres cuando son más inconscientes de la libertad. El grito es un ruido de cadenas, siempre lo fue.
Uno galpones uno de dolencias en los libros - se repite y se presenta de nuevo las emociones, ser dueño de ellos.
El ser viviente tiene un solo propósito: llegar a su propia plenitud de ser, como un árbol llega a su plena floración, …» o un pájaro a la belleza primaveral, o un tigre a su brillo.
¿Y qué es el romance? Por lo general, un pequeño cuento agradable en el que tienes todo como a ti te gusta, donde la lluvia nunca moja tu chaqueta y los mosquitos nunca te muerden la nariz y siempre es la hora de las margaritas.
Mientras no se sienta miserable y miserable de la vida, el resto no importa, felicidad o infelicidad.
El mundo esté lleno de esos seres incompletos que andan en dos pies y degradan el único misterio que les queda: el sexo.
Aún siendo la cosa más hermosa de la naturaleza, la flor tiene sus raíces sumidas en la tierra y el estiércol.
¡El caballo, el caballo! El símbolo de la potencia creciente y el poder del movimiento, de la acción.
El orgullo es una forma de egoísmo.
La vida no es aceptable a no ser que el cuerpo y el espíritu vivan en buena armonía, si no hay un equilibrio natural entre ellos y si no experimentan un respeto natural el uno por el otro.
La vida sólo es tolerable cuando el cuerpo y el alma viven en perfecta armonía, cuando existe un equilibrio natural entre las dos y cuando ambas se respetan de forma recíproca.
La más profunda de todas las sensualidades es el sentido de la verdad y la siguiente experiencia sensual más profunda es el sentido de la justicia.
La vida no se deja conmover por la compasión, prosigue su camino a pesar de los gritos de angustia o de odio.
Las personas son como los animales. También necesitan ser acariciadas.