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Frases de Arthur Schopenhauer

Frases de Arthur Schopenhauer

Fue un filósofo alemán, considerado uno de los más brillantes del siglo XIX y de más influencia en el siglo XX.

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  • Los grandes hombres son como las águilas, y construyen su nido en algún noble soledad.



  • Todo el mundo lleva los límites de su propia visión a los límites del mundo.



  • El que pide con timidez, invita a negar.



  • El dinero es como el agua de mar: cuanto más bebes, mayor es tu sed. Lo mismo se aplica a la fama.



  • La rebeldía es la virtud original del hombre.



  • El honor es la conciencia externa, y la conciencia, el honor interno.



  • La arquitectura es una música congelada.



  • Con personas de capacidad limitada, la modestia es meramente honestidad. Pero con quienes poseen un gran talento es hipocresía.



  • La inquietud es el sello de la existencia.



  • Si mantengo el silencio sobre mi secreto es mi prisionero, si lo dejo escapar de mi lengua, soy su prisionero.



  • Casi todas nuestras tristezas vienen de relaciones con otras personas.



  • Un estudio muy amplio nos indica que los dos enemigos de la felicidad humana son el dolor y el aburrimiento.



  • Después de tu muerte, serás lo que eras antes de tu nacimiento.



  • Cada hombre confunde los límites de su campo de visión con los límites del mundo.



  • Un hombre seguramente puede hacer lo que quiere hacer, pero no puede determinar lo que quiere.



  • Desear la inmortalidad del individuo es realmente lo mismo que querer perpetuar un error para siempre.



  • El cambio sólo es eterno, perpetuo, inmortal.



  • Los alquimistas en su búsqueda de oro descubrieron muchas otras cosas de mayor valor.



  • La gente común piensa simplemente en pasar tiempo, la gente genial piensa en usarlo.



  • La causa de la risa no es otra cosa que la súbita percepción de la ignorancia entre un concepto y el objeto real.



  • La intuición no es una opinión, es la cosa misma.



  • La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida.



  • Desear la inmortalidad es desear la perpetuación de un gran error.



  • La cólera no nos permite saber lo que hacemos y menos aún lo que decimos.



  • Lo que la lluvia es para el fuego, la piedad lo es para la cólera.



  • Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia.



  • El hombre es en el fondo un animal terrible y cruel. Lo conocemos como ha sido domesticado y educado por lo que conocemos como civilización.



  • El entendimiento natural puede suplir a la cultura, pero esta última nunca puede suplir al primero.



  • Como el águila, las inteligencias realmente superiores se ciernen en la altura, solitarias.



  • La superioridad de la inteligencia conduce a la insociabilidad.



  • El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.



  • Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad, porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.



  • Los primeros cuarenta años proporcionan el texto; el resto de la vida, los comentarios.



  • Durante la infancia, la vida se presenta como una decoración de teatro vista de lejos; durante la vejez, como la misma decoración vista de cerca.



  • Los hombres vulgares sólo piensan en cómo pasar el tiempo. Un hombre inteligente procura aprovecharlo.



  • Diez mil locos puestos en un montón no hacen una persona razonable.



  • Los hombres superficiales tratan de llenar su tiempo, los sensatos lo utilizan.



  • La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su inteligencia.



  • Nada se toma en serio en la vida humana: el polvo no merece la pena.



  • Un genio es el que es capaz de ver la idea en el fenómeno.