Frases de Aristóteles

Fue un filósofo de Antigua Grecia. Es considerado uno de los padres de la filosofía occidental. Sus ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente.

Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, por lo tanto, no es un acto, sino un hábito.
La excelencia nunca es un accidente. Siempre es el resultado de una alta intención, un esfuerzo sincero y una ejecución inteligente; representa la sabia elección de muchas alternativas: la elección, no la casualidad, determina su destino.
Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, por lo tanto, no es un acto, sino un hábito.
Lo que está en nuestro poder de hacer, está en nuestro poder de no hacer.
Considero más valiente el que vence sus deseos que el que vence a sus enemigos; porque la victoria más difícil es sobre uno mismo.
No hay algo que conozcamos que no provenga de la percepción de los sentidos, de la comprension del alma y del entendimiento de la mente.
Si nada hay eterno, no es posible la producción ni la generación.
Solamente haciendo el bien se puede realmente ser feliz.
El entendimiento es una tabla lisa en la cual nada hay escrito.
Tan capaz es nuestro entendimiento para entender las cosas altísimas y clarísimas de la naturaleza, como los ojos de la lechuza para ver el sol.
La excelencia es un arte ganado a base de entrenamiento y hábito. No actuamos correctamente porque tengamos excelentes virtudes, sino que somos virtuosos porque actuamos correctamente. Somos lo que hacemos repetitivamente. La excelencia entonces, no es un suceso sino un hábito.
La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía.
Sólo hay una fuerza motriz: el deseo.
Ahora bien, si algo tiene durante un tiempo infinito la potencia de varias cosas, eso ya no tiene lugar en tiempos distintos, sino simultáneamente.
Con respecto a la excelencia, no es suficiente saberlo, pero debemos tratar de tenerla y usarla.
Es señal de una mente educada poder considerar un pensamiento si necesidad de aceptarlo.
Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.
Enseñar no es una función vital, porque no tienen el fin en sí misma; la función vital es aprender.
En todo el tiempo transcurrido, de acuerdo con los recuerdos transmitidos de unos hombres a otros, nada parece haber cambiado,...Enseñar es la forma más pura de entender
Como la vista es al cuerpo, la razón es al espíritu.
La verdadera felicidad estriba en el ejercicio del libre albedrío propio.
Se quiere más aquello que se ha conseguido con muchas fatigas.
El movimiento no existe fuera de las cosas, pues todo lo que cambia, o cambia en el orden de la sustancia o en la cantidad, o en la calidad, o en el lugar.
Todo lo que se mueve es movido por otro.
Movimiento es el paso de la a capacidad al acto.
Si sobrevienen males, oprimen y corrompen la felicidad, porque traen aflicciones; sin embargo, también en estos resplandece la nobleza.
El hombre es un animal político.
Cometer una injusticia es peor que sufrirla.
Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.
Demasiado poco valor es cobardía y demasiado valor es temeridad.
El hombre que se mantiene en el justo medio lleva el nombre de sobrio y moderado.
La sabiduría o inteligencia y la prudencia son intelectuales, la liberalidad y la templanza son virtudes morales.
Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía.
La templanza es un medio con respecto a los placeres.
La felicidad reside en el ocio del espíritu.
Solo una mente educada puede entender un pensamiento diferente al suyo sin necesidad de aceptarlo.
No hay nada en nuestra inteligencia que no haya llegado a ella por medio de los sentidos.
Todo acto forzoso se vuelve desagradable.
El hombre perfeccionado por la sociedad es el mejor de los animales; pero es el más terrible cuando vive sin ley ni justicia.
Los hombres no han establecido la sociedad solamente para vivir, sino para vivir felices.