Frases de Antonio Gala

Es un dramaturgo, novelista, guionista y articulista español.

No finjas más, no ocultes la excesiva hambre de mí que te arde en la mirada.
Quién pudiera ostentar, como una brida, el arco iris sin par de tu mirada desde tu luz a mi negror caída.
Al poder le ocurre como al nogal: no deja crecer nada bajo su sombra.
Hay dos eses, sensibilidad y sentido común, que deberían ser obviedades, que deberían casi darse por hechas, pero por desgracia son valores cada vez más escasos.
Si, pienso en abstracto, eso es algo que me quita literalmente el sueño, a pesar de las pastillas que tomo.
Pues que eres al olvido invulnerable, vulnérame ya, amor, deshazme el pecho y anida en él, demonio y ángel mío.
Callad, amantes, y ocupad el labio con el beso. No pronunciéis palabras vanas mientras se busca vuestro corazón en otro pecho, jadeante y pobre como el vuestro, ya al filo de la aurora.
Una casa es el lugar donde uno es esperado.
En esta playa te amé tanto que una respiración para los dos bastaba.
Sin ti, ni el pan ni el vino, ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso color de la mañana tienen ningún sentido ni para nada sirven.
En una rosa caben todas las primaveras.
La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer.
Era invierno; llegaste y fue verano. Cuando llegue el verano verdadero, ¿qué será de nosotros?
Fue a la vera del mar, a medianoche. Supe que estaba Dios, y que la arena y tú y el mar y yo y la luna éramos Dios. Y lo adoré.
No soy pesimista. Soy un optimista bien informado.
El verdadero amor no es el amor propio, es el que consigue que el amante se abra a las demás personas y a la vida; no hostiga, no aísla, no rechaza, no persigue. Solamente acepta.
La vida es tan pesada que hay que llevarla por lo menos entre tres.
Los hermoso del símbolo nunca es estar, sino sobrevenir.
Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre
Todo lo que una mujer quiere de verdad - un perro, un hombre, Dios, cualquier cosa - lo quiere como a un hijo.
Los políticos honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la sospecha.
El dolor es más fuerte entre los más fuertes. Como el cáncer.
Vivid no de acuerdo con los ideales recibidos, sino con vuestras aspiraciones, con vuestra intuición más vehemente.
La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante.
Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen.
Ser viejo es ser vencido por la amarga sospecha de no importarle a nadie.
Poseo gran capacidad de admiración, sorpresa y curiosidad, que son las tres cosas que definen más la infancia.