Frases de Adam Smith
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Nadie ha visto nunca a un perro hacer un intercambio justo y deliberado de un hueso por otro con otro perro.
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No hay en la vida nada más inesperado ni sorprendente que la aparición y el desvanecimiento del placer.
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No tenemos leyes del Parlamento contra las uniones que pretenden rebajar el precio del trabajo; pero hay muchas contra las uniones que aspiran a subirlo.
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La diferencia entre dos personas totalmente distintas, como por ejemplo un filósofo y un vulgar mozo de cuerda, parece surgir no tanto de la naturaleza como del hábito, la costumbre y la educación.
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Los patrones, al ser menos, pueden asociarse con más facilidad; y la ley, además, autoriza o al menos no prohíbe sus asociaciones, pero sí prohíbe las de los trabajadores.
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El hombre prudente no está dispuesto a someterse a ninguna responsabilidad que su deber no le imponga.
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Si hoy nos encontramos con él en un lugar, será en vano buscarlo mañana allí mismo. No es posible tender lazos para apresarlo.
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Nadie ha visto a un animal que, con gestos y sonidos naturales, indique a otro: esto es mío y esto es tuyo; estoy dispuesto a darte esto a cambio de eso.
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“Todo para nosotros y nada para los demás”, parece haber sido la máxima abominable de los amos de la humanidad en todas las edades del mundo.
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No hay arte que un gobierno aprenda más rápido de otro, que el de drenar el dinero de los bolsillos de la gente.
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Cada individuo se esfuerza siempre para encontrar la inversión más provechosa para el capital que tenga.
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El descubrimiento de América y el paso hacia las Indias Orientales por el Cabo de Buena Esperanza son los dos mayores acontecimientos registrados en la historia de la humanidad.
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Al perseguir su propio interés, frecuentemente fomenta el de la sociedad mucho más que si en realidad tratase de fomentarlo.
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Con la mayoría de la gente rica, el placer de los ricos consiste en el desfile de la riqueza, el cual a sus ojos nunca es tan completo como cuando demuestran poseer esas marcas decisivas de la opulencia que nadie puede poseer salvo ellos.
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La propensión al camión, trueque y el intercambio de una cosa por otra es común a todos los hombres, y que se encuentran en ninguna otra raza de animales.
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Tan pronto como la tierra de cualquier país todo se ha convertido en propiedad privada, los propietarios, como todos los hombres, el amor a cosechar donde nunca sembraron, y la demanda de una renta incluso por sus productos naturales.
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La virtud es excelencia, algo extraordinariamente grande y hermoso que se eleva muy por encima de lo vulgar y ordinario.
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