Frases Ancianos

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Vosotros, jóvenes, estáis escuchando a un hombre viejo, a quien los hombres viejos escuchaban cuando él era joven.

Hoy, nosotros los viejos, estamos avanzando en número en toda la línea.
¿Qué significa el sueño para un viejo? Muy poco.
Buscad el consejo de los ancianos, pues sus ojos han visto el rostro de los años y sus oídos escuchado las voces de la vida. No obstante sus consejos os desagraden, escuchadlos.
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El viejo muerde con los años en vez de con los dientes.

No es viejo, aún odia la muerte, nunca será viejo, siempre odiará la muerte.
El jovenlucha para que el viejo goce.
Honra a los hombres ancianos.
La debilidad más peligrosa de la gente vieja, que ha sido agradable, consiste en olvidar que ya no lo es.
Los viejos se consuelan dando buenos consejos porque no pueden dar malos ejemplos.
El viejo es un hombre que ha cenado y mira a los otros cómo cenan.
Nada hay, oh Afro! tan deforme como un viejo que se afana en cosas sin importancia.

Todos desean vivir mucho tiempo, pero nadie quisiera ser viejo.
Nada me inspira más veneración y asombro que un anciano que sabe cambiar de opinión.
Los jóvenes piensan que los viejos son tontos; pero los ancianos saben que los jóvenes son tontos.
La gente anciana es peligrosa, puesto que no le tiene temor al futuro.
Ser viejo es ser vencido por la amarga sospecha de no importarle a nadie.

Porque eso son los viejos: la cuerda, la ligazón que hay entre la vida y el abismo de la muerte.
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Las mujeres son las reinas de los jóvenes, las compañeras de los adultos y las nodrizas de los viejos.
Los hombres mayores declaran la guerra. Pero son los jóvenes que deben luchar y morir.
En un tiempo como el de ahora, en el que tan fácilmente se desprecia a los mayores, creo que soy un ejemplo muy bueno. Entre los 60 y los 84 he hecho una obra. Por tanto ¡ojo con los viejos!
La experiencia es mucho más que una defensa contra la muerte; es un derecho: el derecho de los ancianos.
La muerte de los jóvenes constituye un naufragio. La de los viejos es un atracar en el puerto.
Ve una vez a la semana a una residencia de ancianos a visitar personas, como si fuesen tus amigos.

Más que nada, me gustaría ser un viejo con cara de bueno, como Hitchcock o Picasso.
El joven desea: amor, dinero y salud. Cuando llega a viejo desea: salud, dinero y amor.
¿Quieres ser invisible para los hombres? Sé pobre. ¿Quieres ser invisible para las mujeres? Sé viejo.
Soy tan viejo que recuerdo a Doris Day antes de que fuera virgen.
Los jóvenes sólo pueden entenderse entre ellos. Es muy difícil que una persona mayor escuche y comprenda a un joven.
Sólo el ser viejo ya es un motivo que debe ejercitar nuestro respeto. Las canas revisten a sus dueños de cierta autoridad sobre los mozos.
El anciano es el aristócrata de la vejez.
Me hubiera gustado ver que en este siglo que he vivido no existieran niños ni ancianos desvalidos.
Las solteras son de oro, las casadas son de plata, las viudas son de cobre y las viejas de hojalata.
Hay viejas que darían su alma por encontrar la fuente de Juvencio.
Nada hay tan lúgubre como la sonrisa de un viejo verde.

Así son los viejos: les complace pensar en la arbitrariedad como forma de los tiempos mejores.
Los viejos son la vida en toda su crudeza.
La bendición de los ancianos parece que tiene prerrogativa de mejorar los sucesos.
Todas las mujeres de edad avanzada que yo conozco pueden dividirse en tres clases: las ancianas amables, las mujeresancianas y las viejas brujas.
Un anciano es siempre un rey Lear.