Frases de François Fénelon - El tiempo dedicado a la oración nunca s
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La exactitud y la pulcritud en moderación son una virtud, pero llevados a los extremos estrechan la mente.
Cuanto más perfectos somos, más gentiles y tranquilos nos volvemos hacia los defectos de otras personas.
La curiosidad de los niños es una inclinación, que va delante de la instrucción; es menester pues aprovecharse de ella.