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Los sabios no podrán enseñarte nunca n

Los sabios no podrán enseñarte nunca nada, mas l...

Los sabios no podrán enseñarte nunca nada, mas la caricia de unas negras pestañas de mujer te revelará la felicidad.


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  • Cuando tienes ojos, no necesitas decir casi absolutamente nada.



  • Nuestra personalidad es lo que surge cuando creemos que nadie nos está mirando.



  • No hay mujer tan alta que no huelgue ser mirada, aunque el hombre sea muy bajo.



  • Del encuentro y adhesión de sus ardientes miradas nace el primer germen del nuevo ser.



  • Y luego estaba la forma de emitir su mirada, con una frialdad escalofriante con la que podría causar un incendio.